El Tesoro. Robando a los Ricos

Publicado el 17 diciembre 2016 por Criticasen8mm @Criticasen8mm

Título original:
Comoara
Año:
2015
Fecha de estreno:
16 de Diciembre de 2016  
Duración:
85 min
País:
Rumania
Director:
Cornelio Pirombiou
Reparto:
Toma Cuzin, Adrian Purcarescu, Corneliu Cozmei, Cristina Cuzina Toma, Nicodim Toma, Dan Chiriac, Iulia Ciochina
Distribuidora:
Surtsey Films
La aventura minimalista del aclamado director Pirombiou, es un extraña revisita a clásicos como El Tesoro de Sierra Madre con uno de esos finales que te hacen sentir bien, más allá de que un halo de tristeza ocupa muchas veces la pantalla durante el visionado de esta comedia. La historia de dos hombres que emprenden la tarea de encontrar un inverosímil tesoro como última esperanza a su situación económica actual, está cargado de elementos humanos así como políticos y sociales de la Rumania actual, todos colocados allí con maestría para lograr una de las más destacables cintas que han pasado por cartelera este año.La primera referencia es El Tesoro de Sierra Madre, puesto que el mismo director la acepta como inspiración; pero el corazón del film se sostiene en una de sus principales diferencias: No existe ni en Rumania, ni en el mundo occidental, una tierra salvaje y sin reclamar donde un par de pobres diablos puedan apropiarse de algo de valor y así reconducir sus vidas; todo tiene dueño. En otras palabras, sólo la extrañísima circunstancia de la cinta, es decir la existencia de ese tesoro enterrado, puede permitir que alguien tenga esperanza de salir de una crisis económica como la rumana; los demás estarían condenados. Y dado que hasta lo enterrado y olvidado tiene dueño, no es casual que uno de los elementos más recurrentes al inicio de film sea la historia de Robin Hood, pues nuestros protagonistas son ladrones para la sociedad y encontrarán una nueva forma de referenciar al héroe legendario sobre el final de la cinta.Si este film se sostiene sobre tres patas, la primera de ellas sería el humor. La apuesta del autor por sacar comicidad a escenas completamente absurdas puede desesperar a muchos, aunque es según mi criterio la mejor forma de aliviar un camino que escapa totalmente a las convenciones del cine aventurero. Hay una extraña y lograda alquimia entre un género tan mainstream como el de Aventuras y el más puro cine de autor, aunque siempre es mejor avisar que los grandes obstáculos a los que se enfrentará esta aventura será cómo encontrar y utilizar un detector de metales, así como los obstáculos que las propias personalidades de los protagonistas se autoimpongan.Y sí, ya que lo mencionamos, la segunda pata sobre la que todo este edificio se eleva son los personajes y su humanidad: La búsqueda de un tesoro no sólo alimenta la esperanza de salir de la crisis, puede alimentar el lado más violento que la desesperación saca a la luz. Uno de los protagonistas, el más complicado económicamente, es desconfiado y preferiría no dar parte a las autoridades de lo que se encuentre. El otro, la brújula moral, hace todo lo posible por mantenerlo dentro de los límites de la cordura, aun cuando tiene que soportar las pataletas de su compañero. Mucha de esta contradicción se aborda con el mismo humor del que ya hablamos antes, pues si bien todo en la película es serio y oculta cierta oscuridad, nunca se abandona lo humorístico como la forma de contarlo.Quizá la lectura más oculta que tiene una película como “El Tesoro”, es el lado político y social, directamente relacionado con la evolución histórica rumana. Lo más específico se nos escapará, puesto que no estamos en el tema, sin embargo hay cosas más universales que traspasan la pantalla: los diálogos de los personajes permiten intuir a nuestros protagonistas como miembros de una clase social plagada de resentimientos acumulados y, sin embargo, alimentando mitos del sistema como la demonización del comunismo (interesante la velada lectura que se hace al respecto a través de los simples hechos que aparecen en el filme). Detrás de la liviandad de la película están las heridas históricas de un país y lo que Pirombiou nos cuenta con esta extraña y divertida historia, es una especie de retrato sobre los restos del naufragio, una historia a la que se anima a darle un final feliz quizá por mero capricho, por simple voluntad humanitaria.7/10