Cuando uno lee para luego comentar lo que ha leído, lo hace de un modo diferente a cuando lee solo por leer. La mayoría de las veces leo para comentar, y mientras lo hago pienso en lo que voy a contar. He reflexionado mucho sobre éste libro. Lo obvio sería decirles que es un libro que trata de Rasputín y los Romanov, que nos habla del camino que ambos recorren juntos sobre un gran decorado que es la Rusia de principios del siglo XX. Si alguien hubiese de calificar la novela diría que es una novela histórica. Al fin y al cabo eso son novelas históricas una historia ambientada en un tiempo pasado, absorbiendo la esencia de esa época y hablado de hechos que en verdad sucedieron y sobre los que suponemos el autor ha investigado y ha narrado de forma fidedigna. Perfecto. En ese caso el testigo invisible bien podría ser una novela histórica y Carmen Posadas convertirse en ese ser que habita en los aledaños de la literatura, el autor de novelas históricas. Y cuando hable de narración y literatura, nos hablará de lo duro que es la documentación o de lo bien que está ambientada la historia. Pero, señores, me temo que eso como mucho sería la mitad de la historia, porque “El testigo invisible” es sobre todo una novela, y por eso trata de los temas que tratan en general las novelas, amor, deseo, situaciones difíciles, muerte, todos los sentimientos que llenan nuestras vidas y los que leemos en los libros. Lo que a mí me interesa de la literatura. Lo que a mí, que sobre todo deseo que me cuenten cosas independientemente de épocas y rigurosidad histórica me interesa al leer. Y por eso me ha gustado. La vida de los Romanov es un plus en una historia que me narra sobre todo cómo aquellos que fueron zares y grandes duquesas enfrentan su cautiverio, la vida de los sirvientes, incluso el cariño que éstos profesaban a sus señores, la revolución vista desde los ojos de un simple muchacho de quince años que ve un cambio radical en quienes hace cinco minutos estaban contentos de tener posesiones o vivir como criados de zares. Es una novela que me habla de sentimientos, que me cuenta la historia desde la memoria de Leonid Sednev, pinche de cocina, confidente de zares que fue el único que sobrevivió a la ejecución de la familia imperial.Carmen Posadas recupera tan extraordinario personaje y sobre su afortunada vida – sepan que todos los que convivieron con los zares los últimos días, salvo él, corrieron la suerte de aquellos – monta una narración extraordinaria y nos sumerge de golpe y porrazo en los años previos a la revolución, nos hace vivir el ascenso de Lenin y la caída del zar Nicolás mirando dentro de ellos desde la perspectiva de Leonid. Y contarnos lo que vive Leonid le da doble perspectiva, nos narra tanto la vida de la élite como la de los plebeyos, enseñándonos los dos ambientes, haciendo que entendamos ambos ambientes y diferenciando muy bien el abismo que los separaba que fue lo que precipitó la revolución. Una reflexión que surge de modo inevitable. Una época de crisis que desemboca en muerte y dolor. Una época que quizá nos haga pesar en la presente. Lo que ahora vivimos. Volver la cabeza y ver que la falta de pan llevó a un desastre, a muerte y destrucción, y pensar en lo que estamos viviendo. La historia debería servir para aprender del pasado y Carmen Posadas nos habla de una época de crisis en la que las diferencias sobre todo económicas precipitan una revolución. He de agradecerle que me lo haya mostrado y haya despertado mi interés por un tiempo del que conocía vaguedades. Si quieren ustedes descubrir la época de los Romanov, la influencia de Rasputín y cómo lo vivieron los rusos no deberían dejar pasar este maravilloso libro que Carmen Posadas ha escrito. Lean y disfrutenhttp://feedburner.google.com/fb/a/livefeed?id=ri6e1gq8734efuk7f5arnr56ic
Cuando uno lee para luego comentar lo que ha leído, lo hace de un modo diferente a cuando lee solo por leer. La mayoría de las veces leo para comentar, y mientras lo hago pienso en lo que voy a contar. He reflexionado mucho sobre éste libro. Lo obvio sería decirles que es un libro que trata de Rasputín y los Romanov, que nos habla del camino que ambos recorren juntos sobre un gran decorado que es la Rusia de principios del siglo XX. Si alguien hubiese de calificar la novela diría que es una novela histórica. Al fin y al cabo eso son novelas históricas una historia ambientada en un tiempo pasado, absorbiendo la esencia de esa época y hablado de hechos que en verdad sucedieron y sobre los que suponemos el autor ha investigado y ha narrado de forma fidedigna. Perfecto. En ese caso el testigo invisible bien podría ser una novela histórica y Carmen Posadas convertirse en ese ser que habita en los aledaños de la literatura, el autor de novelas históricas. Y cuando hable de narración y literatura, nos hablará de lo duro que es la documentación o de lo bien que está ambientada la historia. Pero, señores, me temo que eso como mucho sería la mitad de la historia, porque “El testigo invisible” es sobre todo una novela, y por eso trata de los temas que tratan en general las novelas, amor, deseo, situaciones difíciles, muerte, todos los sentimientos que llenan nuestras vidas y los que leemos en los libros. Lo que a mí me interesa de la literatura. Lo que a mí, que sobre todo deseo que me cuenten cosas independientemente de épocas y rigurosidad histórica me interesa al leer. Y por eso me ha gustado. La vida de los Romanov es un plus en una historia que me narra sobre todo cómo aquellos que fueron zares y grandes duquesas enfrentan su cautiverio, la vida de los sirvientes, incluso el cariño que éstos profesaban a sus señores, la revolución vista desde los ojos de un simple muchacho de quince años que ve un cambio radical en quienes hace cinco minutos estaban contentos de tener posesiones o vivir como criados de zares. Es una novela que me habla de sentimientos, que me cuenta la historia desde la memoria de Leonid Sednev, pinche de cocina, confidente de zares que fue el único que sobrevivió a la ejecución de la familia imperial.Carmen Posadas recupera tan extraordinario personaje y sobre su afortunada vida – sepan que todos los que convivieron con los zares los últimos días, salvo él, corrieron la suerte de aquellos – monta una narración extraordinaria y nos sumerge de golpe y porrazo en los años previos a la revolución, nos hace vivir el ascenso de Lenin y la caída del zar Nicolás mirando dentro de ellos desde la perspectiva de Leonid. Y contarnos lo que vive Leonid le da doble perspectiva, nos narra tanto la vida de la élite como la de los plebeyos, enseñándonos los dos ambientes, haciendo que entendamos ambos ambientes y diferenciando muy bien el abismo que los separaba que fue lo que precipitó la revolución. Una reflexión que surge de modo inevitable. Una época de crisis que desemboca en muerte y dolor. Una época que quizá nos haga pesar en la presente. Lo que ahora vivimos. Volver la cabeza y ver que la falta de pan llevó a un desastre, a muerte y destrucción, y pensar en lo que estamos viviendo. La historia debería servir para aprender del pasado y Carmen Posadas nos habla de una época de crisis en la que las diferencias sobre todo económicas precipitan una revolución. He de agradecerle que me lo haya mostrado y haya despertado mi interés por un tiempo del que conocía vaguedades. Si quieren ustedes descubrir la época de los Romanov, la influencia de Rasputín y cómo lo vivieron los rusos no deberían dejar pasar este maravilloso libro que Carmen Posadas ha escrito. Lean y disfrutenhttp://feedburner.google.com/fb/a/livefeed?id=ri6e1gq8734efuk7f5arnr56ic