1) El pijama más horroso que he visto nunca. He pensado : a mí no me gusta , pero igual a la cumpleañera sí. La forma en el que lo ha mirado me ha dicho que lo encontraba tan feo ( o más) de lo que yo ya había supuesto. Ha optado por la salida diplomática : Es muy mono – chirrido de dientes-pero creo que me va a ir pequeño.Yo duermo con cositas anchas… para pasar a un digno : ¿Está el ticket en la caja? A lo que la responsable de la compra ha contestado que sí, que había un ticket regalo... ¡Bendito Ticket Regalo!.
En esta situación siempre hay alguién dispuesto a matizar y a aportar su opinión sobre el regalo , así que una de las regalantes, no sólo ha insistido en lo chulo que era el pijama , además ¡Ha puesto en duda que le fuera pequeño y la ha instado a probárselo antes de ir a cambiarlo! Me he visto obligada a intervenir con la frase sensata : Ya se lo probará en casa , a la que la cumpleañera ha respondido con una sonrisa de agradecimiento. Ya se veía en el lavabo, probándose ese pijama rígido plagado de corazones de colores …
2) El siguiente paquete, contenía unos pendientes de aro ( muy grandes). La cumpleañera , discreta y poco dada a la bisutería, se los ha colocado en la oreja , simulando que se los ponía… Para cuando salga a cenar el fin de semana ( que no me veréis, habrá pensado) y mira cómo habrá sonado de convincente que , le han indicado que si le producía alergia la plata o no le gustaba, el ticket regalo estaba en la caja. Segundo: ¡Bendito Ticket Regalo!.
3) La que recibía los regalos ya le daba igual todo y estaba dispuesta a lo que fuera . Tercer paquete : Un libro. Bueno, menos mal, me he dicho. No sé que de las posiciones y secretos para mejorar tu vida sexual … en segundos… Diré que lo he ojeado ( con disimulo, me ha picado lo de “en segundos” ; – ) ) y era un bodrio. Además, la cumpleañera pasa por una crisis matrimonial aguda y , justamente, en estos momentos, no parece que la cosa esté para ponerse a practicar posturitas ( imposibles, por cierto). Y ¡Sí! Dentro estaba , pegadito con celo , el tercer y hermoso “Ticket Regalo”.
Hay que saber regalar y si no se sabe , hay que abstenerse de comprar lo que a uno le gusta … hay que intentar ser empático y pensar en el otro. He indagado las causas del regalo-despropósito y han sido variadas: el pijama era del agrado de la que lo había comprado (Glups!) y no ha parado de repetir, lo bonito que era y que-ella-misma-se-iba-a-comprar-otro-igual ; los pendientes responden a una afirmación categórica del tipo “los pendientes de aros nos quedan bien a todas“, “son un clásico“, comentario al que ya no he querido sacar la punta , ya que justamente , yo, odio los pendientes de aro y…me quedan fatal y…finalmente, la iluminada del sexo tántrico : cree , sinceramente, que eso es lo que necesita la cumpleañera para superar sus problemas de pareja. Y, mira, si el libro hubiese sido potable ( como mínimo), o el momento fuera oportuno pero…un bodrio, repito.
Ahí te quedas con la copla de que “la intención es lo que cuenta” ( que en este caso es verdad, porque no han sido anti-regalos intencionados …que también los hay…) y te aferras a tus tres Ticket Regalo con los que te pasarás una tarde rondando las plantas que sean de El Corte Inglés, para cambiar sus regalos por tus regalos.
Para rematar, que no te toque una situación violenta-comprometida de esas en las que , para no desairar a los que te han obsequiado con esos bellos objetos, tengas que ponerte , por narices, los dichosos pendientes de aro…También pasa.
Y tras la experiencia debo decir, con tristeza ( a mí me gusta regalar), que si se da la ocasión, votaré a favor de no hacer regalos en ese entorno . Me excusaré con eso de que tenemos-más-de-todo-total y enviaré ecards monas con mi más sincera felicitación.
Este año, me he librado con un gran ramo de flores ( lo dejé caer, hábilmente).Ya he acumulado de otros años, unas pulseritas de pasta marrón y cosas doradas, una funda de móvil (de ganchillo) y un pijama lleno, lleno de flores …del que perdí el bendito Ticket Regalo.