Le temps de l'aventure
Año:
2013
Fecha de estreno:
21 de noviembre de 2014
Duración:
105 minutos
País:
Francia
Director:
Jérôme Bonnell
Reparto:
Emmanuelle Devos, Gabriel Byrne, Gilles Privat, Aurélia Petit, Laurent Capelluto
Distribuidora:
Abordar distribución
No hay ninguna duda de que el amor es uno de los temas más recurrentes por parte de los directores actuales y clásicos como pilar fundamental para sostener el argumento de sus películas. En muchos casos suelen ser altamente predecibles, con un ritmo acelerado, donde la pareja se enamora, más tarde se molestan por algún aspecto concreto y finalmente se resuelve con un final de lo más espectacular. Sin embargo hay un porcentaje menor de películas de este género, donde la historia se desarrolla por su cuenta con un ritmo más lento y en el que el fin principal es mostrar los sentimientos más profundos o establecer una perspectiva más reflexiva del amor sin llegar a fijar una trama o un final específico. El tiempo de los amantesmuestra en cierta medida esos criterios de este segundo grupo, pero en especial se centra en las oportunidades que genera el destino y que, en muchas ocasiones, no somos lo suficientemente valiente como para aprovecharlas o que incluso no llegamos a percibirlas.
Al igual que en el film Antes de amanecerde Richard Linklater, la historia comienza en un tren en el que se muestran a los protagonistas. Por un lado está Alix (Emmanuelle Devos), es actriz y se dirige a París para realizar una prueba para un papel de teatro. Se trata de una chica algo inmadura, que tiene ciertos problemas con su novio Antoine y no sabe exactamente lo que desea hacer con su vida. También es insegura, con poca capacidad de tomar decisiones y, probablemente, sea ésta la razón por la que decide arriesgarse y conocer a Douglas (Gabriel Byrne). Éste tiene alrededor de 50 años, es profesor y va también a París al funeral de un familiar. Bonnell lo describe como todo lo contrario a Anix, maduro, seguro de sí mismo pero, por otra parte, cansado quizás por la pérdida del familiar cercano, de ojos triste que necesita un cambio en su vida que le proporcione la ambición para seguir adelante.
De esta forma, con la necesidad de un cambio en sus vidas, se produce en el tren un intercambio de miradas de carácter seductor y a la vez esquivo donde todos los sentimientos descritos anteriormente se ven reflejados. Con música clásica de pesados violines que no encajan en este momento, se presenta ante ellos la oportunidad del destino, de conocerse mutuamente. Es un film muy expresivo y en sus gestos se aprecia la duda, el miedo a dar el paso decisivo, aunque también la ilusión que más adelante llevará a que los protagonistas se conozcan. Finalmente, Douglas decide dar ese paso preguntándola donde se encuentra la iglesia del funeral, pero es interrumpido por otro pasajero y terminan por tomar cada uno su camino.
La trama avanza donde se muestra la rutina de Anix, incluyendo la prueba de teatro, con un giro humorístico a la comedia ya que todo lo que hace acaba en un desastre de lo más cómico. Una de las escenas más graciosas es cuando va por la calle, se choca con un poste y un médico la dice que se apoye sobre él durante un rato para calmar el hinchazón; ella se abraza al poste y, al momento, pasa un hombre comentándola que hacen una buena pareja. Seguidamente, el interés y el sentimiento de sentirse pérdida la conducen hacia el hotel donde está Douglas y es, en esta ocasión, cuando deciden aprovechar la oportunidad de conocerse, surgiendo ese amor especial que los dos necesitan para conseguir un equilibrio interno.Con determinadas influencias de la película El último tango en París de Bernardo Bertolucci y con un significado distinto del film de Richard Linklater, el desenlace de El tiempo de los amantes se produce en torno a la decisión final de mantener ese amor inédito e incondicional, teniendo que cambiar sus vidas actuales y abandonar todas sus ataduras. 6,5/10