El tiempo literario

Publicado el 22 agosto 2014 por Escrilia @escrilia

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El tiempo, en todos sus aspectos, es uno de los elementos importantes en cualquier novela. A diferencia de las artes estáticas, como la fotografía o la pintura, la literatura narra escenas desarrollando acciones a través del tiempo. Para ello creamos el tiempo literario y lo utilizamos a nuestro antojo.

Manipulamos los segundos, los días, los años, los siglos, adelantando y atrasando el reloj según nuestra conveniencia.

Primero debemos distinguir dos clases de tiempo literario:

El tiempo de la historia
Es el lapso temporal en el que transcurren los hechos, desde el principio hasta el fin. Por ejemplo en la novela El médico, Noah Gordon cuenta la historia de Rob Cole durante prácticamente toda su vida. Sin embargo en Ulises, James Joyce cuenta lo sucedido a Leopold Bloom en un solo día.

El tiempo del relato
Es el que dura la composición literaria que el autor hace en su novela en el tiempo que lleva leerla. Si en una historia el tiempo se prolonga durante años, como en la novela de Gordon, la recomposición que hace el autor permite que todo ese tiempo relatado se comprima en los días que nos lleva terminar de leer el libro. En la novela de Joyce es al revés, el tiempo se dilata, porque hay que poner mucho empeño para terminar de leer Ulises en un día.

Hay dos factores que podemos modificar en el tiempo literario del relato: La duración (el tiempo como lo percibe el lector) y el orden de los eventos (de qué forma se presentan las escenas y se construye el relato).

Los recursos que podemos utilizar para alterar la duración del relato son: Resumen y Elipsis (para acortar el tiempo); Escena (tiende a narrar “en tiempo real”); Descripción, digresión y dilatación (alargan el tiempo del relato con respecto al real).

Resumen
Es una manera de condensar parte de la historia en una secuencia breve de frases. Se utiliza cuando los hechos narrados no tienen una importancia central en la historia. Es como narrar superficialmente, sin detalles y escogiendo la información mínima necesaria que deseamos transmitir.

“Durante su primer año en el colegio, las cosas trascurrieron normalmente, sin mayores incidentes ni contratiempos, salvo la gripe que le retuvo en cama cuatro días en pleno periodo de exámenes.”

Elipsis
Es la eliminación en el relato de una parte de la historia que el autor no considera pertinente o necesaria. En este caso, la historia da un salto adelante y comienza a narrar hechos que en verdad están separados de lo que se venía contando por algún lapso de tiempo. Existen dos clases, las elipsis explícitas, en las que el autor indica que ha pasado el tiempo:

“Luego de terminar la frugal cena en la cafetería nos despedimos y partí hacia la estación de trenes con mi pequeña maleta y mis enormes sueños.
Doce años después, con el título de Médico cirujano especializado en Cardiología, regresé al Hospital Central y allí estaba ella, sentada tras el mismo escritorio en la recepción.”

Las elipsis implícitas no recurren a la expresión literal del paso del tiempo. El lector debe deducir ese paso de la propia acción.

“Pasamos sin contratiempos por el arco detector de metales y el control de documentación hasta que finalmente subimos al avión. En París llovía cuando aterrizamos pero nada podía empañar la felicidad que sentía Alexandra. Su sonrisa era radiante.”

Evidentemente ha pasado un tiempo entre que subieron al avión y aterrizaron en París, pero el autor no considera de importancia para el relato narrar lo ocurrido en el vuelo y el lector entiende que en ese tiempo no pasó nada de interesante.

Los escritores utilizamos constantemente este recurso, pero ser consciente de las posibilidades que tiene nos puede ayudar para emplearlo de manera creativa, como en la escena del mercado en Notting Hill, donde las estaciones se suceden mientras el protagonista camina.

Escena
Cuando escribimos una escena intentamos mostrar los hechos al lector, como si fuese “en directo” y por ello el relato se aproxima bastante al tiempo real de la historia.

Descripción
Cuando describimos, el tiempo de la historia se detiene. Al contrario que en una escena, la descripción no implica acción ni paso del tiempo, por lo que alarga el tiempo del relato aportando detalles del escenario, la situación o los protagonistas mientras mantiene el tiempo literario en pausa. Es similar a una fotografía y mientras contamos lo que vemos no sucede nada.

Digresión
Cuando detenemos la acción en un relato, pero en lugar de describir algo introducimos reflexiones o pensamientos propios del autor. Este recurso está un poco en desuso en la novela actual, pero aún hay quien introduce sus pensamientos al margen de la historia en forma de ironía, duda o pensamientos metafísicos.

Dilatación
Si yo describo con lujo de detalles todo (todo, todo) lo que pasa durante cinco minutos en el mercado central de una ciudad grande, tomará varias horas leer ese relato. Lo que hice en ese caso fue hacer pasar el tiempo más despacio (en cámara lenta) para poder referirme a cada aspecto de la escena, a cada gesto de los protagonistas.

Esto pasa en la escena que da comienzo a la película Swordfish y nos muestra una serie de detalles desde diferentes puntos de vista, del instante de la explosión. Y es lo que sucede en las luchas de Matrix.

El orden de los eventos es el que decidimos cuando nos proponemos convertir una historia en argumento. El orden de un argumento no siempre coincide con el orden cronológico, sino que pasa a ser nuestra personal forma de encadenar los acontecimientos según nos interese darlos a conocer el lector. Las Anacronías son los movimientos hacia adelante o atrás en el tiempo con respecto al presente del relato y son los recursos que utilizamos para ordenarlo: Analepsis, Racconto y Prolepsis.

Analepsis o Flashback
Recrea un acontecimiento concreto del pasado de la historia. Con un salto atrás en el tiempo se muestra una situación previa, un resumen o una escena que consideramos crucial para comprender el relato de ahí en adelante. Luego vuelve a la acción actual y prosigue la historia. Es un recurso muy utilizado para explicar comportamientos, acciones o elecciones de nuestros protagonistas, porque bien sabemos que cada acción que realizan debe tener una causa.

Racconto
Si bien es estrictamente un tipo de Analepsis o retrospección, el Racconto es una narración más extensa de acontecimientos anteriores al tiempo de la historia. Se diferencia del Flashback sobre todo en la extensión.

Prolepsis o Flashforward
Es un salto adelante en el tiempo, hacia el futuro. Nos adelantamos a los acontecimientos para desvelar una escena o suceso posterior, quizás consecuencia o producto de las acciones que se llevan a cabo en ese momento de la historia. Este es un recurso poco utilizado en comparación al Flashback.