El tiempo atmosférico es el que comprende todos los variados fenómenos que ocurren en la atmósfera. Normalmente la palabra “tiempo” refleja la actividad de estos fenómenos durante un período de unos días. El tiempo medio para un período más largo (varios años) se conoce como clima. Este aspecto del tiempo se estudia con la climatología. Actualmente hay mucho interés por la variación del clima (cambio climático).
Actualmente en la Tierra, los fenómenos meteorológicos irregulares contribuyen rápidamente a la expansión del cambio climático, también llamados astros o meteoros climáticos incluyen viento, tormentas, lluvia, nieve, y granizo, que ocurre en la troposfera es decir en la parte más baja de la atmósfera. El tiempo cambia movido por las diferencias de energía recibida del sol.
Debido a los ángulos con que la luz del sol incide sobre la tierra, se calientan de forma distinta las diferentes partes del planeta. Esto causa la diferencia de temperaturas que producen la circulación global de la atmósfera, así como, indirectamente, todos los otros fenómenos de tiempo.
Las estaciones meteorológicas miden las distintas variables locales del tiempo como la temperatura, la presión atmosférica, la capa nubosa, la velocidad del viento Conocidas estas variables directas, se pueden averiguar otras derivadas, como la temperatura de rocío, la temperatura de sensación o la temperatura de bochorno.
Estación meteorológica
Mediante redes de estaciones meteorológicas locales, estaciones en barcos y satélites meteorológicos, la meteorología intenta averiguar las variables meteorológicas en los vértices de una malla tridimensional del menor tamaño posible. A partir de estas condiciones iniciales y aplicando las leyes de la física, se intenta predecir la evolución del tiempo a 12 horas, 24, 48, 72 y 96 horas. Para ello hay que usar potentes ordenadores que se encargan de relizar los cálculos usando un modelo.
La atmósfera de la Tierra es un sistema caótico donde pequeños cambios en las condiciones iniciales pueden evolucionar hasta producir grandes efectos.
Atmósfera terrestre
Este efecto, que siempre limitará la predicción del tiempo, se conoce como efecto mariposa, y dificulta enormemente nuestra capacidad de predecir con precisión los cambios del tiempo con más de unos pocos días de anticipación, aunque los meteorólogos están trabajando para mejorar este límite.
El clima abarca los valores estadísticos sobre los elementos del tiempo atmosférico en una región durante un período representativo: temperatura, humedad, presión,viento y precipitaciones, principalmente. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica, durante períodos que se consideran suficientemente representativos, de 30 años o más. Estas épocas necesitan ser más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical, especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y menos variable en lo que respecta a los parámetros climáticos.
Distribución Mundial de los principales tipos climáticos
Los factores naturales que afectan al clima son la latitud, altitud, orientación del relieve, continentalidad (o distancia al mar) y corrientes marinas. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.
El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es difícil de predecir. Por una parte hay tendencias a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como la de la concentración de los gases de efecto invernadero, la de la radiación solar o los cambios orbitales. Por otra, existen fluctuaciones más o menos caóticas debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y moderadores.
Efecto invernadero
De cualquier forma el efecto de las fluctuaciones poco predecibles del tiempo atmosférico es prácticamente anulado si nos ceñimos al estudio de las tendencias (que es la materia que realmente interesa en la climatología) y podemos hacer predicciones con considerable precisión. Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más incierto a medida que se retrocede en el tiempo.
Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos polares. De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.
Glaciar argentino
Para conocer cómo evoluciona el clima a lo largo del tiempo geológico hay que tener en cuenta la influencia de los aspectos capaces de alterarlo a lo largo de un período más o menos largo. Según la importancia de los factores externos al propio clima, en cada momento el sistema climático será más o menos caótico.
Los forzamientos externos, la deriva continental por ejemplo, pueden implicar ciertas periodicidades, como variaciones orbitales y variaciones solares, y a su vez presentar tendencias globales en un sólo sentido por encima de las fluctuaciones de más alta frecuencia.
Este es el caso de la variación solar, que mientras presenta fluctuaciones regulares en cortos períodos, a largo plazo presenta un aumento sistemático del brillo solar. Asimismo, dicha variación presenta acontecimientos, tormentas magnéticas, manchas solares o períodos anormales de actividad solar. En muchos casos la apariencia caótica de una variación puede encubrir una regularidad de muy baja frecuencia para la cual no ha pasado suficiente tiempo para que haya podido ser observada.
Otro de los motivos más importantes de los cambios climáticos a largo plazo, no muy bien estudiado, se debe a las modificaciones de la ubicación de los continentes, islas y de las dorsales submarinas que explica la teoría de la deriva continental o, con mayor propiedad, la teoría de la tectónica de placas.
En efecto, la existencia de ricas minas de carbón en las islas Svalbard o Spitsbergen, ubicadas en pleno océano Ártico donde ahora no existe prácticamente vegetación, nos enseñan que en el pasado geológico este archipiélago se encontraba ubicado en unas latitudes mucho más bajas.
Las islas Svalbard
Por el contrario, el levantamiento de la dorsal centroamericana que vino a crear un puente entre América del Norte y del Sur que no existía hace unos 50.000 años vino a ser una bendición para los países europeos, ya que las aguas cálidas del Caribe y del Golfo de México, que antes atravesaban por varias partes el actual istmo centroamericano hacia el océano Pacífico, dio origen a un circuito que regresa y desvía dichas aguas a través de las Antillas y las costas orientales de los Estados Unidos, por medio de lo que se conoce como Corriente del Golfo que, evidentemente, no existía antes. Así, el enorme glaciar escandinavo que cubría el norte de Europa durante el Pleistoceno comenzó a fundirse debido a la enorme cantidad de calor que traslada dicha corriente.
Corriente del golfo
Para el estudio del clima hay que analizar los elementos del tiempo: la temperatura, la humedad, la presión, los vientos y las precipitaciones. De ellos, las temperaturas medias mensuales y los montos pluviométricos mensuales a lo largo de una serie de años son los datos más importantes que normalmente aparecen en los gráficos climáticos.
Hay una serie de factores que pueden influir sobre estos elementos: la latitud geográfica, la altitud del lugar, la orientación del relieve con respecto a la incidencia de los rayos solares o a la de los vientos predominantes, las corrientes oceánicas y la continentalidad, que es la mayor o menor distancia al océano o al mar.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Tiempo_atmosférico y http://es.wikipedia.org/wiki/Clima