La tumba india (Das indische grabmal)
El tigre de Esnapur (Der Tiger von Eschnapur)
Fritz Lang (1959)DiceJ.M. Latorre, en su incunable “La vueltaal mundo en ochenta aventuras” sobre Lang, que todo su cine , o mejor dicho la suma de lo que todo su cinehabía sido hasta entonces está en Eltigre de Eschnapur y La tumba india.Untanto asqueado (Entre varios motivos, el comité de actividades, y una fuertesuma de un productor para hacer una película en Alemania según declara aBogdanovich) que “aquello parecía una carrera de ratas” y da el salto a Europade nuevo para rodar las que serian sus últimas películas la Saga del tigre y finalizar sucarrera con Los crímenes del Docor Mabuse (1960) Volviendo a Latorre y su libro, dice , que quizás incitado por el exacerbado lirismo de ·”Moonfleet”, aquíbusca un ascetismo formal, una desnudez expresiva, mayor aún de la que veníahaciendo en sus últimos Films (Deseos Humanos, Mientras Nueva York duerme o Masallá de una duda.)Devuelta a una casa que había dejado casi treinta años antes, las expectativas secolocaron altas, para rodar una película(coproducción) en los estudios CCC de Artur Brauner. El cine Alemán de aquellaépoca se encontraba en un estado más que deplorable, por lo que se veía elretorno del maestro como algo verdaderamente importante, esperando que sacaseel cine Alemán de su miseria, sin duda alguna dudas excesivas expectativas.Así, las reacciones de decepción fueron aún mayores, cuando, en la obra en dospartes, El tigre de Eschnapur y La tumba india, se creyó distinguir una película de aventurasentretenida y trivial. No obstante el público no se preocupó por las críticashostiles y despiadadas y las dos películas tuvieron un enorme éxito en Europa.Laaventura india de Lang fue defendida con vehemencia en su época por losdirectores de la Nouvelle Vaguey por la prensa francesa, Cahiers sobre todo, y expresaron su total admiración,donde veían a Lang como a un representantedestacado de la política de autor, que como director, había conservado siempresu sello personal. Además de las películas indias de Lang les gustaron precisamentelas cosas que sus colegas Alemanes censuraban: la lógica estilización y laausencia de realismo que acompañaba (a pesar de rodarse enlocalizaciones naturales)...además El tigre de Snapur, tenía muy poco que ver conla India deaquel entonces.Conesta película Lang regresaba en cierto modo a sus inicios, puesto que dos desus primeros trabajos habían sido Dergoldene See (1919) y Das Brillanstschiff (1919/1920), dos películas de unserial sobre “Kay Hog” en mundos conocidos y desconocidos. Además Lang yaquisiera rodar la versión de 1921, cosa que acabaría haciendo su productor J. May., que asumio la dirección de tanmonumental obra, también en dos partes, que se elogiaron en publicidad como “ El mundodel cine más grande”.Encuanto al contenido, las nuevas aventuras Indias presentan algunasmodificaciones respecto al original y al remake del mismo título rodado porRcihard Eichberg en el año 1937. En las adaptaciones anteriores, elmaharajá alberga un tenebroso plan devenganza contra su esposa infiel y su amante sin embargo , el arquitecto alemány su prometida no corren peligro, al menos por esas intrigas. En cambio Lang ysu guionista Werner J. Luddecke, construyeron una historia triangular entre elmaharajá (W. Reyer), la bailarina del templo elegida por él como futura esposaSheeta (Debra Paget) y el arquitecto alemán Harald Berger (Paul Hubschmid). Langcentra la motivación de los personajes en un “util” sentimiento que le diomucho juego como movil a sus películas, la venganza. Además del celoso maharajáque se siente engañado por Sheeta y Berger, aprovecha para llevar todas las accionesdel además de príncipe, Padhu, conspirador, que considera a la bailarina como indigna deocupar el lado derecho del trono. Todo huele a revolución entorno al maharajá,pues su hermano , el príncipe Ramigani , piensa que su hermano va a omitir elorden sucesorio, y también planea una revuelta.Enla realización de los distintos planes y intrigas, le corresponde un papel decisivoa la arquitectura. No sólo porque Chandra quiera construir un palaico y derepente, una tumba de amor. Para ello llama a Walter (Claus Holms) cuñado y colega de Berger, a quien insta a construir latumba, una tumba de amor, por encima de cualquier obra, ya sean hospitales o escuelas, tambiénutiliza las peculiaridades. arquitectónicas del palacio de forma muy concreta para cumplirsu venzanga después de escuchar como Berger, que se ha colado en los aposentospara mujeres, y de escuchar como trama la huida con Sheeta. Chandra ordena quele corten el camino de regreso, Berger se encuentra solo encuentra abiertas determinadas puertas que através de todo tipo de aposentos y corredores, que le conducen hasta dondeChandra quiere tenerlo: el patio de los tigres, en el que por orden del maharajá, tendrá que luchar por su vida contra un tigre.Ramiganiy Padhu también utilizan las singularidades de la construcción medieval parasus planes: los guerreros de Padhu entrarán en el palacio por pasadizos subterráneos,si ser vistos por la guardia de Chandra.Sien la versión de los 20, Joe May escenificó los palacios, templos y pagodasante todo como efectos visuales, Lang utilizó la arquitectura como elementodramatúrgico: con ella se describe la situación de los personajes – un ejemplosería el caso de Sheeta, que está encerrada en el lujo del palacio, al igualque el pájaro que la acompaña seencuentra de una jaula de oro— y caracteriza a los protagonistas. Así, losleales arquitectos alemanes disfrutan con las caras maquetas de los edificios,edificios de clara funcionalidad, y en cambio, el palacio con sus distintasplantas, los miles de pasillos, escaleras y grutas, les irrita de sobremanera. Vanconstantemente de un lado a otro con planos y dibujos y no consiguenorientarse. Lang también encuentra una correspondencia arquitectónica para elambivalente personaje del Marajá, que muestra una fachada lustrosa, tras la queacechan sombríos abismos; en la parte superior del palacio impera el esplendordel oro y el lujo del mármol , mientras en el corazón del palacio, en lascuevas mas profundas se pudren los leprosos.Langsaca a menudo a sus protagonistas en planos panorámicos, de modo que se pierdentotalmente en el espacio; no son ellos los que dominan la arquitectura, sinoque están dominados por ella. Ambas películas se estructuran de forma simétrica, es como si en La tumba india lahermana de Berger , Irene Rhode (Sabine Bethman) , tuviera que revivir forzosamente muchas de las cosas que leocurrieron a su hermano en El Tigre de Eschnapur la primera de la saga,yendo en secreto a los aposentos de las mujerespara concertar una iniciativa de huída, explorar los pasadizos subterráneos delpalacio y finalmente enfrentarse a la realidad de los enfermos de lepra, a losque Chandra ha ordenado encerrar en unade las cuevas subterránea. Sheeta también tiene que bailar dos veces en eltemplo, delante de la imponente estaturade una diosa de la fertilidad con los senos desnudos, nada que ver con las danzas rituales indidas, sino que se recuerdaentre lo más erótico que el cine deaquella época podía ofrecer. Realmente no es difícil comprender la obsesión delMarajá.Megustaría destacar la espectacular fotografía de esta película, brillante y esplendorosa , curiosamente siempre que pienso en fotografía en el cine se me viene a la cabeza elTigre de Esnchapur , y curiosamente otra película rodada en la india, El río deJean Renoir. Posiblemente la india tenga una luz y un colorido especial.