El tiro por la culata de la censura (Las uvas de la ira).

Publicado el 23 mayo 2016 por Fadelcla @LanubedeOort

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La crisis del 29 es recordada por ser una de las peores de la historia y porque los ejecutivo que perdían fortunas ajenas se suicidaban saltando de las ventanas de los rascacielos. A pesar que las crisis actuales son peor que la del 29 los ejecutivos no saltan por las ventanas por dos razones fundamentales: las ventanas de los rascacielos actuales son fijas y resistentes a los golpes y fundamentalmente porque los ejecutivos de hoy en día no sienten vergüenza ni remordimientos al fundir empresas y destruir las vidas de los trabajadores y los accionistas.  Volviendo al crack del año 29. El único país que no se vio afectado a esa crisis fue la URSS ya que su economía era cerrada al mundo además de planificada, dirigida y ejecutada por el estado lo que le dio un blindaje para resistir los embates del mundo exterior, esto no significó que la economía estuviera bien. Era un desastre, pero un desastre diferente al del resto del mundo.La censura campeaba por el país soviético en todos los  rubros, también en el cine. Pero en 1940 se estrenó en EEUU “Las uvas de la ira”, una película que trataba como temática el sufrimiento de la gente por las consecuencias del descalabro de 1929, en la trama los desempleados cargaban todos sus petates (en Uruguay petates es equipaje, bultos o pertenencias) a sus cachilas (en Uruguay cachilas son autos viejos) y emigraban a otros lugares para encontrar trabajo. Stalin vio esto como una oportunidad para demostrarle a su pueblo lo decadente y cruel que era el capitalismo y lo afortunados que eran ellos al contar con el socialismo, por lo que él y su gobierno permitieron que se exhibiera la película, pero como escribí en el título le salió el tiro por la culata ya que la gente no vio la miseria de los estadounidenses capitalistas. Lo que vio fue que hasta la persona más desamparada y pobre podía tener un auto en los EEUU.Al darse cuenta de esto el gobierno bajó de cartel la película. Podría pasarme horas escribiendo moralejas de este hecho pero prefiero dejar que ustedes elijan la que más crean conveniente.

Imagen. El detalle que complicó a Stalin.