En este artículo me gustaría hablar un poco de los gregarios del mundo del ciclismo, unos personajes que en España hemos tenido con mucha calidad. Gente como Chente García o Alberto Leinizbarrutia son dos ejemplos de la calidad de nuestros gregarios.
¿Se les valora lo que se merece su trabajo? La mayoría de ellos deben ser corredores todoterrenos, ser capaces de ir bien cuesta arriba, en llano, en llegadas, tanto al sprint como en solitario, cuesta abajo... es decir, deben ser capaces de saber manejarse en todos los terrenos y algo muy importante: saber rodar muy bien en pelotón, con mucha habilidad, para evitar posibles caídas y conseguir el efecto contrario al que buscaban sobre el líder del equipo. Pero, muchas veces, en televisión, no ves cómo estos ciclistas desarrollan su profesión y, como no vemos su trabajo, se quedan en el anonimato. Puede que muchos no sientan reconocido su trabajo ante un líder por mil historias, pero, cuando sale el resultado, cuando se ve que han ccosneguido una victoria y ellos han estado allí marcando un ritmo, llevando al líder por el pelotón con mucha agilidad, dándole agua o lo que sea durante esa etapa, se verán reconocidos.
Pero, a pesar de todo, creo que no se reconoce lo suficiente a estos corredores, no se habla de ellos tanto como de los líderes, cuando, sin los gregarios, los líderes en muchas ocasiones no podrían ganar muchas de las competiciones que tienen en sus palmarés.
Chente García Acosta en su época como corredor
en el Banesto.