Uno de los mantras más reiterativo del Santísimo Tribunal de la corrección política, y por consiguiente, del rebaño “progre”, bienpensante, pseudosolidario, perroflautico, y de los mercenarios del activismo y del buenrollitismo, en general es el “tradicional buen trato” que los musulmanes han dispensado a los judíos.
Por desgracia la Historia en numerosas ocasiones dice lo contrario, y referencias no faltan.
El judio podia vivir en tierras musulmanas bajo la situación del dhiminato, esto es, aceptando ser una persona de cuarta categoría, un sub humano, un esclavo en la práctica con apenas derechos, y por supuesto, pagando para proteger su integridad física y su vida.
El diario “El Sol” ya describía la situación de los judíos en tierras musulmanas (más concretamente en el Yemen) de forma contundente:
Fuente: El Sol, número 3684, 1 de junio de 1929