El transcurrir del tiempo en Vendôme

Por Angelrequena

La Plaza Vendôme de París es el centro del  lujo de la capital francesa. La provinciana ciudad de Vendôme, en la región del Loira y departamento de Blois, está cargada de historia: el tiempo fluye imparable.

Los condes de Vendôme terminaron entroncados en la Casa de Borbón y su Castillo nos lo recuerda. Un episodio de la vida de la ciudad es inseparable de la aspiración por la justicia y la igualdad de la humanidad: Graco Babeuf  fue juzgado y ajusticiado en 1797 en Vendôme. Babeuf representa en las ideas sociales los anhelos de verdadera igualdad: su Conspiración de los Iguales fue desbaratada antes de producirse y el preso fue trasladado desde París donde sus partidarios eran tantos que podría ser liberado.

El tiempo nos parece lo más significativo en Vendôme, incluso el tiempo pasa para el tiempo. Fuimos a la ciudad por ser la fachada de la Abadía de la Trinidad una joya del gótico flamígero y por sus deliciosas las misericordias de la sillería. El claustro prácticamente había sido destruido pero las arcadas habían sido aprovechadas.

El antiguo claustro conserva al menos ocho relojes solares, casi todos borrados, en los contrafuertes de la iglesia. Hay cuadrantes canónicos, declinantes y los redundantes que parecen servir para dar las horas itálicas y bohémicas.

El tiempo es borrado por el tiempo aunque se resista. El nuevo edificio construido sobre el antiguo claustro también tiene un cuadrante solar y una meridiana de orificio: también muy borrados pese a ser más recientes. La meridiana tiene analema.

Las bellas misericordias de la sillería del coro de la Trinidad se suman al devenir cíclico del tiempo. Gran parte representan los signos del zodiaco y las actividades vinculadas a los meses (siega, vendimia, etc.). La sillería fue desmontada y vendida, un sacerdote pudo rescatar unas cuantas. La colocación no responde a su localización original. Exponemos como bella muestra la misericordia de la matanza del cerdo.