El trato a los animales en los espectáculos de la antiguedad. breve reseña a "animales in harena"

Por Historiayromaantigua

Escrito por Federico Romero Díaz
Animales in Harena, de María Engracia Muñoz-Santos me ha descubierto un nuevo universo, dentro del mundo romano. En general los amantes de la historia antigua pensamos que sabemos lo suficiente de este aspecto. "Craso error", es un tema muy poco tratado por la historiografïa en castellano y muy mal divulgado por el cine y el arte. La obra de esta autora viene a llenar el vacío existente en la literatura histórica en nuestro idioma.

Los animales utilizados en la damnatio ad bestias son conducidos de nuevo a los sótanos.


LA AUTORA
María Engracia Muñoz-Santos, es muy conocida en el mundo académico por sus numerosos artículos y actividades académicas. Graduada en Geografía e Historia por la UNED y Master en Mediterráneo Antiguo por la UOC, cursa su doctorado en la Universidad de Valencia. . Imparte un curso sobre espectáculos en el mundo romano en la Universidad de Murcia y es muy conocida en el mundo de la divulgación histórica y redes sociales por su blog "Arqueología en mi jardín".
LA OBRA
La autora a lo largo de seis artículos nos va desgranado, paso a paso, detalle a detalle, las diferentes fases por las que pasaba un animal exótico, desde que es atrapado (que no cazado) en su hábitat hasta llegar a la lejana Roma, aunque debemos decir que también había espectáculos con animales en el resto de las grandes ciudades del mundo clásico. La autora escribe con rigor académico, imprescindible en este tipo de publicaciones, y con un sentido de lo narrativo que hace que te leas el ensayo con una facilidad pasmosa.
Es necesario valorar el amor al detalle mostrado a lo largo de sus capítulos poblados de nombres de personas concretas, de puestos administrativos ligados al cuidado de esos animales, de narraciones de autores como Marcial o Plinio sobre lo sucedido en la arena con esas bestias, etc. Conozcamos algunos de los detalles contenidos en "Animales in Harena":

Un búfalo y un elefante unidos por una cadena son obligados a luchar entre ellos


  Captura de los animales: osos, elefantes, jirafas, jabalíes, tigres, leones panteras, rinocerontes, cocodrilos, asnos salvajes, gacelas etc fueron atrapados por millares en sus hábitats para ser conducidos a los foros, circos, anfiteatros de las ciudades, para servir de diversión a sus habitantes. En el proceso de captura hay testimonios de la participación de nativos conocedores de las mejores técnicas de captura y soldados del ejército especializados. Por ejemplo, hay constancia de la existencia de algunos soldados especializados en la captura de osos, los ursarii. A los elefantes se les capturaba cavando un foso profundo en el que la presa se precipitaba. A veces el resto de la manada arrojaba ramas y piedras al interior para permitir que el agujero se fuera llenando y así su compañero pudiera escapar. Los cachorros de león o de tigre eran muy apreciados, ya que podían ser amaestrados. Existía un procedimiento muy bien estudiado para su captura. A la madre le arrebataban sus cachorros arrinconándola con lanzas y escudos, le entregaban los cachorros a un jinete que se alejaba raudo con sus presas camino del barco, si la leona, guiada por el olor les perseguía y se acercaba demasiado el jinete abandonaba en el camino a uno de los cachorros para que la madre lo recogiera y lo llevara a su madriguera de nuevo, dándole tiempo así al jinete a escapar con el resto de los cachorros. También se usaban cebos como pequeños animales para atraer a las fieras al interior de las jaulas, etc.

Damnatio ad bestias. El reo aparece atado a un poste y subido a un carro

  Transporte de los animales: hay constancia de que el transporte hasta Roma u otra ciudad se hacía en el menor y más breve tiempo posible ya fuera por mar o por tierra. En el proceso se utilizaban jaulas especialmente diseñadas, pero este aspecto de los espectáculos romanos es de los menos conocidos por los escasos testimonios que las fuentes nos aportan, en especial las escritas. Es posible que para los romanos fuera un tema sin especial interés y completamente cotidiano y conocido por lo que no se les ocurría escribir sobre ello. Yo no puedo dejar de pensar en como resolvieron problemas logísticos y de transporte con animales como un hipopótamo que pesa entre 1500 y 1800 kilos y que necesita comer 68 kilos de hierba al día y estar sumergido en agua para evitar las quemaduras solares y mantener baja la temperatura para evitar la deshidratación. O por ejemplo un elefante adulto que puede llegar a pesar 7500 kilos y medir entre 3 y 4 metros de altura y necesita 200 kilos al día de arbustos y corteza de árbol, además de unos 190 litros de agua al día. Es todo un misterio del que espero saber más en futuros trabajos de la autora.
  Almacenamiento y alimentación de los animales antes del espectáculo: era una cuestión muy delicada, ya que había que hacerlo en un lugar próximo a los circos, foros o anfiteatros donde se realizaban los espectáculos pero lo suficientemente alejados del núcleo urbano para evitar las molestias y daños derivados del olor de los animales, los ruidos que generaban y sobre todo las posibles fugas de las fieras que podían llegar a ser muy peligrosos si se escapaban en plena ciudad. La solución fueron los vivarium que contaban con recintos especialmente diseñados para cada especie, y que estaban rodeados por una alta muralla en todo su perímetro. Tenemos noticia de la existencia de vivarium particulares, aunque el que mejor se conoce es el que estaba en Roma próximo a la Puerta Praestina y la Vía Labiana, con muy buena conexión con el Coliseo. Este vivarium contaba con agua corriente que, a través de un canal pasaba por todos los habitáculos de cada especie. Se sospecha que además había otro en el Castra Praetoria. El cuidado y el mantenimiento de estos animales generó una estructura administrativa de la que nos han dejado algunos rastros. Por ejemplo sabemos que había un Procurator ad elephantis que administraba todo lo relativo a los rebaños de elefantes del emperador en el siglo II d. C. Y que Arsacio, de origen persa pero ex militar romano era el cuidador de los leones del Emperador en el siglo IV d.C. Ponio Vero y Campanio Verax, siglo III d.C fueron cuestores vivari. También existió el puesto de Auditor ad feras y el de Praepositus herbarum (encargado de los herbívoros). A los carnívoros si eran cachorros se les alimentaba con leche de cabra o de oveja. Estos animales además eran utilizados para alimentar con su carne a los grandes carnívoros como leones, panteras o tigres que además consumían parte de la carne de los animales muertos en los espectáculos.
  Los animales en la arena y tras su muerte. Los espectáculos en Roma, especialmente después de las normas dictadas por Augusto estaban claramente reglamentados. Por la mañana se celebraban las venationes o caza de animales, a la hora de la comida se celebraba la damnatio ad bestias en las que los criminales eran ejecutados por los propios animales y por la tarde los munera gladiatori o luchas de gladiadores. Los animales también se utilizaban en las Pompa o desfiles. Era frecuente que dos animales de diferentes especies fueran atados a corta distancia por una soga para que lucharan entre sí. En cuanto a los tipos de animales que participaban las fuentes nos aportan mucha información: Los rinocerontes, que inicialmente eran de un cuerno (asiáticos) y por lo tanto más pequeños que los de dos (africanos) fueron exhibidos por primera vez por Domiciano. En cuanto a los tigres se usaron por primera vez en la inauguración del Teatro Marcelo. La jirafa fue exhibida por Cesar en los Juegos Triunfales del 46 a. C. y fueron utilizadas en las Pompas o desfiles triunfales.El hipopótamo fue mostrado por primera vez por C. Marco Sauro en el 59 a.C. junto a cocodrilos en un estanque artificial. Aunque el primer hipopotamo en morir en la arena fue con Augusto en el 29 d.C. Las avestruces estuvieron presentes desde el principio de estos espectáculos y los primeros 40 osos fueron presentados en el 169 a.C.

Los animales se nutren de los restos de otros ya muertos en la arena


En cuanto al número de animales sacrificados en estos espectáculos es una cuestión difícilmente cuantificable. Solo algunos datos aportados por las diferentes fuentes clásicas, que a pesar de poder llegar a ser exagerados, no dejan de corroborar la idea del enorme número de bestias que encontraron su muerte en la arena. Se afirma que para celebrar la victoria sobre Dacia, Trajano sacrificó a más de 11.000 animales y que en tiempos de Calígula se mataron más de 170.000 solo en tres meses. Son números impresionantes que nos llevan a cuestionarnos ¿porque dejaron tan poco rastro en la huella arqueológica?. La respuesta es sencilla, tras el final del espectáculo los cadáveres de los animales sacrificados se repartían entre los asistentes y se utilizaban también para alimentar a las bestias que esperaban su turno en el vivarium. Sus restos por lo tanto eran consumidos y esparcidos por toda la ciudad.
"Animales in Harena" es , a pesar de su carácter introductorio, una puerta a una dimensión desconocida de la Antigüedad. Es una obra necesaria en la historiografía en castellano que a pesar de su carácter metódico y científico esta escrita con un sentido de lo narrativo que hace muy fácil su lectura tanto al entendido en el mundo clásico como al que se acaba de iniciar en la Antigüedad. Yo sinceramente la única pega que le veo a este ensayo es que uno se queda con ganas de más.