"El trece de mayo
la Virgen Maríabajó de los cielosa Cova de Iría.
Ave, ave,ave María" 13 de mayo de 1967.
La mañana es fresca y hermosa. Los castaños de indias cuelgan sus lámparas florales blancas y rosadas. Con ayuda de mi madre alcanzo algunos ramos. Será mi contribución a la ofrenda de flores en la clase. Todos los niños llevan flores para adornar el rincón donde una imagen de escayola de una Inmaculada de Murillo tiene su altar. Allí está, elevada sobre banquetas forradas de telas coloridas y brillantes. En el Liceo Castilla es una tradición arraigada: ofrendas y adornos florales, decoración y limpieza dirarios, cantos y rezos en entradas y salidas... La Virgen es muy importante en la vida de la congregación y su devoción se expone (perdón, más bien se impone) en el cole.
Todos los niños llevan flores. Pero yo no puedo comprarlas. Mis padres apenas tienen dinero para pagarme los libros los plumieres y la tinta. Pero es tan poderoso el deseo de colaborar... Las flores ¡son tan hermosas...!. Gracias a Dios este años llevaré un ramo. Mis pequeñas manitas cortan con dificultad los delicados racimos de flores nacaradas. Y un perfume fresco y dulzón me acompaña todo el camino hasta el patio del cole, hasta la fila, por el pasillo, hasta el pupitre ... y se mezcla con el aroma moribundo de las flores secas, ya marchitas, en los jarrones...
"Venid y vamos todos
con flores a María,
con flores a porfía,
que madre nuestra es..."