El tren de la felicidad

Publicado el 12 marzo 2019 por Carlosgu82

¿Cuántos de vosotros os levantáis por
obligación cada día a la misma hora,
vais a estudiar o trabajar en algo que no os gusta?
Y os repetís una y otra vez:
es lo que hay, mientras paguen… ya vendrán tiempos mejores.

Pero los años van pasando y nunca llegan.
Pongámonos en la mejor situación
del sueño que nos venden desde pequeños.
Terminamos nuestros estudios
con buena nota y encontramos
un trabajo estable de 8 horas con un sueldo
que te permita pagar tu alquiler o hipoteca,
tener tu perro, tu gato, tu tele gigante,
tu coche, tus caprichos,
tus cositas con tu pareja, vale… ¿y ahora?

Te quedan 50-60 años por delante en
los que como mucho podrás aspirar
a tener unas semanas de vacaciones al año,
ahorrar para cuando te jubiles
y no poder disfrutar de ese dinero
porque eres demasiado viajo.

Todas aquellas cosas
que tenían que llegar y…
ahora todo te da pereza.
Yo es que no estoy hecho para esta vida
en la que la gran mayoría de personas
que conozco están muertas en vida,
que lo único que les motiva para
levantarse por las mañanas son
las facturas que tienen que pagar.

Luego los padres con: ¿qué harás cuando seas mayor?
Deja ya tus tonterías,
ya harás lo que quieras cuando puedas
pagarte tus propias cosas,
tienes que ser una persona de provecho…

Vale, ahora eres un adulto,
has hecho todo lo que se supone
que deberías hacer y te reencuentras
a un amigo que hace mucho que no ves y te pregunta:

– Hey! ¿qué tal?, cuánto tiempo…
¿qué es de tu vida?

Estoy seguro que le respondes sin pensar:

– Nada, estudiando, trabajando… lo de siempre.

Tanta gente se siente vacía,
perdida, no saben qué camino tomar,
están angustiadas porque el tiempo pasa
y tienen que decidir si siguen estudiando,
qué carrera tendrá más salidas,
si se ponen a trabajar…
para tener el futuro que quieren.

Pero… ¿cuál es el futuro que quieres?
No ese que te han metido en
la cabeza de pequeño, sino ese
futuro que quieres para ti.
Sabéis, una de las preguntas que
más me han hecho a lo largo de mi vida es:

– ¿Qué no sabes hacer?

Mi respuesta es siempre la misma:

– Lo que todavía no me he propuesto aprender.

Por una vez trata de ser sincero contigo mismo.
¿A qué te dedicarías si pudieras
elegir cualquier oficio sin importarte
nada más que lo que deseas?
¿Quieres ser mozo de almacén,
cajera de un supermercado,
dependiente toda tu vida?
Probablemente no.

Seguramente te gustaría ser cantante,
escritor, deportista profesional,
tener tu estudio de tatuajes,
chef de tu propio restaurante,
trabajar viajando por el mundo…

Pero en lugar de eso tienes un
montón de ideas y sueños que no los
llevas a cabo por el qué dirán,
porque tus padres prefieren que
hagas otra cosa, te pones excusas
y más escusas diciéndote a tu mismo:
me falta dinero, me faltan medios para desarrollar mis ideas,
pero en realidad… te pasa lo que le pasa a muchísima gente.

Lo que tienes es miedo.
Miedo a fracasar.
Dicen que la paciencia es la
madre de cualquier ciencia,
pero te aseguro que el tiempo corre sin
importarle lo paciente que seas.

Mucha gente se sienta a esperar su tren
pero cuando llega no saben reconocer
si es el suyo y se quedan en el
andén mientras ven como se cierran las puertas
dejando una herida abierta.
El tren jamás pasó de vuelta.

Hay una estrofa de Rubén Darío
que suele recitar mi abuela con Alzheimer
cuando tiene sus momentos de lucidez que dice:

“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer…”

Si tienes un sueño lucha por él ahora.
No esperes a un futuro que ni sabes si existe.
No sigas los consejos de gente que
intenta darte clases de cómo triunfar en la
vida cuando ellos han fracasado,
sino fíjate en lo que hicieron mal para no
cometer sus mismos errores.

Alguien dijo alguna vez:
“Solo podrás hacer realidad tus sueños
si cuando llega la hora sabes estar despierto”.

Tiene sentido, ¿no? Sé por experiencia que
nadar contra corriente es muy frustrante,
que habrán muchísimos momentos que
querrás mandarlo todo a la mie***,
pero dime lo que realmente sientes cuando te
hablas en frente del espejo y le intentas mentir a
tu reflejo poniéndote ese disfraz de otro clon más
con miedo a tomar las decisiones importantes para tu vida.

¿No te has sentido siempre raro,
extraño, como si hubieras parado en la
estación equivocada?
Pues si de verdad sientes que ese es tu tren,
no esperes a que se cierren las puertas.
Si sigues luchando por lo que quieres…
la alarma que tienes dentro de ti va a sonar tarde o temprano.

Si tienes miedo a caminar,
te fabricas tus alas, aprendes a volar y a decir adiós.
Porque lo sabes.
Sabes que lo único que realmente quieres es ser libre
hasta el día que cierres los ojos por última vez.

Busca dentro de ti, solamente tú sabes
lo que realmente quieres.
Tienes que dejar ya de esperar a que
ocurra un milagro porque nadie va a tocar a tu puerta.

Lytos