A espaldas del impresionante Pic du Midi, en pleno Parque Nacional de los Pirineos y ascendiendo desde el mismo Lago de Fabréges, podremos tocar con nuestras manos el agua helada del lago de Artouste.
Descubrir y disfrutar de parajes naturales alejados del mundanal ruido de la ciudad lleva consigo, por regla general, una pequeña dosis de sacrificio. No, no es que quiera comenzar este artículo con una connotación negativa, más al contrario. Pero es bien cierto que son muchos los que descartan este tipo de visitas por considerarlas aventuras incómodas. En la mayoría de los casos no es así y una prueba de ello lo es el Trenecito de Artouste. Serpentearemos la montaña, cómodamente instalados en un pequeño tren de cremallera totalmente abierto, después de tomar un teleférico a la misma orilla del lago de Fabréges que nos hará ascender 700 metros, pasando de los 1.250, en los que se sitúa el lago a los 1.900 metros, donde se encuentra la estación del tren. Es este el tercero más alto Europa, después del Jungfraujoch (3.454 mts.) en Suiza y el Tramway del Montblanc (2.380 mts.), también en Francia. En un bello recorrido, de unos cincuenta minutos de duración, y donde será necesaria una breve “parada técnica” para dejar paso al tren descendente, ascenderemos a 2.000 metros de altitud deleitándonos con el espectáculo de las vistas y parajes de la alta montaña. Funciona desde finales de mayo hasta setiembre, así que preparar vuestros itinerarios que ya falta poco. Nosotros nos adentramos a Francia desde Formigal, cruzando el Colt del Portalet que marca la frontera natural entre nuestros países. En muy pocos kilómetros y después de dejar en carretera dos pequeñas poblaciones, Soqués y Camps, llegamos al mismo Lago de Fabréges, donde existe un amplio espacio de aparcamiento. Aquí se ubica el funicular por el que ascenderemos a la estación del trenecito de Artouste. Su actual razón de ser es la turística, como aprovechamiento de lo que en su día, allá por 1.924, tuvo como objeto su realización: la construcción, por parte de la Compagnie des Chemins de Fer du Midi, del gigantesco embalse para el aprovechamiento de los diferentes lagos de altitud existentes, por medio de canalizaciones. El tren se hizo imprescindible para el acceso de la mano de obra así como de todo el abastecimiento, durante ocho años, del material y combustible para tal obra. Al día de hoy, y gracias al embalse del lago de Artouste, todo el Valle de Ossau dispone de una reserva de más de 24 millones de metros cúbicos de agua que produce electricidad para todo el valle. La suerte es poder visitarlo, como veis, sin grandes sacrificios gracias al trenecito de Artouste.
Enlaces de interés: Altiservice: Le petite train ; Mapa de la ruta (pdf);