No pretendemos establecer el orden de parada en cada localidad. En función de vuestra procedencia, y vuestros planes, lo mejor es que planifiquéis vosotros mismos el itinerario a seguir. Vamos simplemente a describir los lugares que conocemos que, al menos bajo nuestra opinión, merecen una parada.
Lerma
El Parador está situado en lo que fue el Palacio Ducal del Duque de Lerma, donde antaño estaba emplazado un castillo. Su construcción, típicamente castellana llama la atención, 135 ventanas y 210 balcones de hierro que visten la fachada.
Lerma fue una villa amurallada, hasta que en el s.XVII el Duque de Lerma decidió embellecer la ciudad bajo la siempre protección del monarca Felipe III, y así fue como las murallas desaparecieron del trazado de la villa.
Aun así, quedan restos medievales repartidos por todo el municipio. El Arco de la Cárcel era una de las entradas a Lerma, la única que queda en la villa con estas características pintorescas, dos torreones de piedra a los lados del arco, que tiempo atrás se ampliaron con el objetivo de construir una cárcel, y que hoy en día es la central de la D.O Ribera de Arlanza.
No podemos dejar de nombrar la extensa Plaza Mayor de la Villa, con 6.862 metros cuadrados, una de las plazas mayores más grandes de España. En ella, aparte de mercado de transacciones, se celebraron infinitos espectáculos, desde obras de Góngora o Lope de Vega hasta corridas de toros.
Lerma goza de una posición privilegiada dentro de la comarca, añadido a su riqueza patrimonial y cultural, lo que la hace muy atractiva turísticamente hablando, se suma su actividad industrial, donde destaca el sector textil a través de Amaya Arzuaga, por ejemplo, o el sector vinícola con la D.O de Ribera de Arlanza.
Monasteio San Pedro de Arlanza
Tras este pequeño repaso a la bonita villa de Lerma, tomamos camino hacia un nuevo destino pintoresco y lleno de encanto de la Comarca de Arlanza, disfrutando del entorno natural de la zona.
A 32 km de Lerma, a 8 km de Covarrubias, se encuentra El Monasterio de San Pedro de Arlanza. En este lugar se despierta en el interior un sentimiento entre romántico y nostálgico, extraño por un lado, pero real por el otro.
Los amantes del arte encontraran en esta visita múltiples elementos que llamaran su atención entre las ruinas del que un día fue un ambicioso Monasterio; quedan las secuelas de la desamortización eclesiástica de Mendizabal, los expolios, el abandono y el tiempo...
Sinceramente, impresiona encontrarte en medio de la naturaleza algo así, emociona situarse a los pies de lo que queda del monasterio y alzar la mirada, dejar que se pierda entre capiteles y arcos cuyo techo no es otro que el cielo, fijar la vista en los pequeños detalles que esconden los rincones de lo que son las ruinas pisadas por tantos y con tan diferentes intereses…
¿Tienes planes hoy?