El triángulo escaleno, por david f. cañaveral

Publicado el 12 enero 2015 por Luisasantamaria

La entrada de hoy la protagonizará mi amigo David F. Cañaveral, escritor y bloguero que, como yo, se está abriendo camino con su ilusionante primera novela. Comparto con David su visión sobre el mercado de la literatura independiente, en la cual los autores debemos apoyarnos y ayudarnos mutuamente, pues así nos irá mucho mejor.

Como decía, hace unas semanas David publicó su primera novela, El triángulo escaleno, cuya sola sinopsis despierta la curiosidad de cualquiera, ¿no creéis? Me siento orgulloso de plasmar en este blog sus palabras acerca de su propia visión de la novela, y ojalá muchos de vosotros os animéis a leerla.

Sin más dilación, cedo el testigo a David, el verdadero protagonista. Un saludo a todos.

¿De qué hablan las palabras?

La lectura, por definición, es sinónimo de fantasía. Todos los libros, sean cuales sean, son portadores de propiedades mágicas. Porque, como muy bien sabrás, estimado lector, en el interior de cualquier libro se esconde un mundo nuevo. Da igual qué libro sea. Hasta en un libro de matemáticas encontramos universos que seguramente desconocíamos. Y, en algunos libros, incluso puedes hallar un nudo de distintos universos, interrelacionados como si tramaran un magnífico mimbre. Esa es la gran fantasía de la lectura.

Lector, cada vez que abres un libro (y no existe mejor sensación de intriga que abrir uno por primera vez, ¿verdad?) te adentras en un universo colmado de emociones y sorpresas que probablemente te cautivarán. En los universos de sus páginas, las galaxias, planetas, satélites y estrellas se convertirán en las letras, palabras, frases y párrafos. Leer un libro implica emprender un viaje, uno fascinante. A lo largo y ancho de esa travesía, tendrás la oportunidad de conocer personajes, lugares y hechos que acabarán formando parte de ti. De hecho, terminarás creyendo que tú formabas parte de ese universo.

Pero los mundos de los libros son complejos. El significado de las palabras va mucho más allá de lo que las propias letras aparentan narrar. ¿De qué hablan realmente las historias que descubrimos en una novela? ¿Cuáles son los temas que inspiran y transmiten aquello que leemos? Sobre este asunto querría hablarte.

Recientemente, he publicado mi primera novela (no es la primera que escribo, pero sí la primera que comparto con el mundo). Después de cinco años de trabajo, de 2008 a 2012, y de bastante tiempo pensando cómo llevar a cabo la edición, el pasado diciembre, al fin, vio la luz El triángulo escaleno. Si abres sus páginas, hallarás tres universos entrelazados: tres historias que transcurren en tres épocas y tres lugares diferentes; todas ellas unidas por un mimbre donde se mezclan la ciencia y la fantasía. Los personajes de cada historia son las mismas almas, reencarnadas y reencontradas a lo largo de los siglos. Estos relatos, que se cruzan constantemente hasta anudarse maravillosamente, narran un prodigioso descubrimiento en el volcán Timanfaya (en la hermosa isla de Lanzarote), una guerra en un futuro incierto, y una peligrosa travesía por alta mar en un Reino medieval olvidado.

Hasta ahí, el argumento de la historia; o, al menos, una introducción que espero que ya te haya intrigado. Aunque hoy no es mi intención hablarte de sucesos, personajes, épocas o lugares. Y, créeme, podría estar páginas y páginas (¡tantas como tiene la propia novela!) hablando de ello. Lo que hoy deseo confiarte es sobre qué habla realmente el libro.

Quizás resulte demasiado escueto lo que voy a decir, pero El triángulo escaleno no habla sino de las personas, de qué nos hace ser quienes realmente somos; de nuestra esencia. Porque nuestras vidas se definen por aquellos a quienes nos unimos, aquellos de quienes nos separamos, los actos que realizamos, y los destinos que aceptamos.

Las historias de El triángulo escaleno muestran que los senderos de la vida no se pueden recorrer en solitario. Sus personajes se encuentran ligados, como tantas veces en la vida, mediante vínculos triangulares: una madre y sus dos hijos; una mujer entre dos amores; tres existencias que comparten un mismo fin; y bastantes más. Nuestros designios están ligados a los de nuestros allegados. Pero, frecuentemente, esos triángulos son escalenos: sus lados son desiguales. Y lo que debemos aprender es a salvar esas distancias, a hallar el centro que nos mantiene conectados. Esa es la gran misión de mis personajes.

Esas personas a las que nos unen infinidad de triángulos son, en definitiva, nuestras almas gemelas. A lo largo de la novela, sus protagonistas descubrirán lo profundamente unidos que están, no sólo en esa vida, sino en otras pasadas y futuras. En El triángulo escaleno encontrarás el mimbre que nos anuda. Y comprenderás que aquellos que realmente nos importan, incluso cuando el porvenir nos separe, volverán a nosotros de un modo u otro. Siempre habrá un reencuentro: con el padre que nos dejó; el hijo que se fue demasiado pronto, el amor que se sacrificó, o el amigo que se creía perdido…

Pero, para que nuestros mimbres nos aten a los de aquellos que deseamos reencontrar, debemos saber tomar la decisión correcta. Porque, como intento inspirar en mi libro, no pienso que existan buenas o malas personas. Sólo existen las buenas y las malas acciones. Y no tenemos un destino prefijado. Pues gozamos de libre albedrío para decidir cómo ir por la vida. Si somos certeros, recibiremos la recompensa merecida. El karma, uno de los pilares centrales de El triángulo escaleno, es sabio y justo. Aunque suceda en otra vida, dentro de mucho tiempo, cada causa tendrá su efecto.

Y sobre estos temas versan las historias que encontrarás en El triángulo escaleno si tomas la decisión de abrir sus páginas y explorar todos sus lados, vértices y ángulos. Espero que así sea, y que desees descubrir los múltiples universos de fantasía que incluso a mí mismo me han cautivado. ¡Muchas gracias!

 

David F. Cañaveral (1983) reside en la localidad de Aranjuez. El triángulo escaleno, obra fruto de cinco años de trabajo, es su primera novela publicada.

Blog de David: http://davidfcanaveral.es/