El Tribunal Constitucional huele

Publicado el 20 abril 2010 por Rgalmazan @RGAlmazan

Y podría decir que huele toda la justicia, por que es así, pero hoy voy a hablar del Constitucional. Un Tribunal cuya competencia es arbitrar sobre los casos de denuncia del encaje de las leyes en el marco de la Constitución vigente.

Bien que huele, sí. Porque, miren ustedes, doce son los miembros del mismo. Bueno pues cuatro de ellos deberían haber sido sustituidos porque su mandato finalizó en 2007. Del resto, uno ha muerto y sigue sin sustituir. Y hay otros tres que finalizan mandato esta año, sin tener a la vista visos de acuerdos.

Y además huele porque entre sus virtudes está la de la tardanza en la resolución de los casos. No sé si en vaguería, desidia o que se dedican a otras labores, pero si un tribunal que tiene que defender la ley de leyes tarda lo que está tardando éste en resolver los asuntos, terminaremos, como estamos terminando, haciendo un pan con dos hostias.

El caso del Estatut de Catalunya es glorioso. Sólo se puede entender como si se tratara de un juego entre ellos. El juego de perder el tiempo. Van por el sexto borrador después de más de tres años y medio y, desde luego, no crean ustedes que va a haber sentencia de forma inmediata. No la habrá hasta pasadas las elecciones catalanas, y si no, al tiempo, por lo tanto es posible que se produzca la sentencia del Estatut --entre recusaciones y jueces que han terminado su mandato--, con sólo tres jueces con mandato vigente.

Dicen que la Justicia si es lenta deja de ser Justicia. Y resulta que esa máxima que se da por buena desde todas las instancias, es la primera que este Tribunal (y toda la judicatura, también) se salta a la torera, y aquí no pasa nada.

Todos esos que hablan de la división de poderes y se rasgan las vestiduras porque dicen que se está interfiriendo, presionando al Tribunal Supremo, en el caso del juez Garzón, son justamente los que utilizan la Judicatura, y por supuesto el Tribunal Constitucional como arma política arrojadiza.

El parlamento elige ocho miembros (cuatro el senado y cuatro el congreso de los diputados), el gobierno elige dos y los otros dos, los elige el Consejo del Poder Judicial (cuyos miembros también son elegidos por el parlamento). La elección de los miembros por el parlamento ha de ser por mayoría cualificada de 3/5, por lo que, no hay tu tía, son nombrados por los partidos mayoritarios.

Así es que, empecemos a llamar a las cosas por su nombre. Los jueces son lo que son y desde luego funcionan mal, pero la responsabilidad última es de los partidos mayoritarios PSOE y PP, que son los que tendrían que ponerse de acuerdo para resolver esta cuestión. Y, por tanto, son responsable de que el Constitucional sea una marioneta de sus intereses y esté muerto en vida porque no son capaces de ponerse de acuerdo para renovarlo, y cuando lo han hecho o lo hagan será para repartirse cuotas de poder.

La responsabilidad de que el Constitucional huela, y no precisamente a rosas, es en primer lugar de esos dos partidos. Y que no nos vengan con cuentos, son quienes han admitido que las reglas sean éstas y quienes se están cargando uno de los principio básicos de la democracia: La separación de poderes. Pero ¿cómo se puede ser juez y parte y luego hacer el paripé?

En otras entradas he hablado de que con la ley electoral esos partidos se han saltado un principio democrático tan básico, como es, que todos los votos valgan lo mismo (una persona = un voto). Si a esto le sumamos como funciona la judicatura, ya me dirán qué democracia tenemos.

La Justicia es un desmadre en gran parte por culpa de los partidos mayoritarios, que son, en definitiva, quienes podrían cambiar las reglas de juego, y no quieren. Así es que a otro perro con ese hueso. Quien se está cargando la Justicia no es quien critica una sentencia o presiona para que no se cometan injusticias, sino quien desde las bambalinas mueve los hilos y luego esconde la mano, señores del pp y del psoe.

Recuerdo que hay países donde los miembros del poder judicial y los Tribunales superiores se eligen en sufragio universal, ¿no sería el caso de estudiarlo?

¿A alguien le puede extrañar que la actuación de los políticos y los jueces esté entre los grandes problemas que perciben los españoles?

La situación es tal que nos están abocando a una crisis democrática sin precedente, y luego, si nos descuidamos nos echaran la culpa y dirán aquello de que “es que tenemos un pueblo que no nos merece”.

Salud y República