Pero dado que no voy a poder salir de aquí en bastante tiempo mas que en estas breves escapadas, quiero hoy hacer un acto masoquista de recuerdo a las cosas que se me han quedado clavadas en esta ultima incursión por tierras andaluzas.
La primera dedicada al maestro Espeto y sus sabios consejos. No pude seguirlos como yo quisiera (no pude ir a Skina, por ejemplo) pero de las opciones de "economía máxima" por las que opte, sin duda Altamirano, en la plaza del mismo nombre del casco viejo de Marbella, se lleva la palma. Sitio singular para lo que yo conozco, en donde en doble sesión probé, primero, unos mejillones geniales, con un mojo de acompañamiento a base de aceite de oliva, perejil y ajo, mas el agua del propio mejillón al primer herbor, muy rico. De segundo fritura clásica, su adobo, su boqueron, su puntillita y chipiron... fritura sin abusos, sin excesos de aceite, sin harinas duras de digerir. Genial. Precio de escandalo, con cantidades mas que abundantes, una de fritura (pediría dos pero el camarero me recomendó solo una... suficiente) escasos 28 euros en total. Ganga.
Segunda sesión, con Almejita al estilo del Mejillón, ricas pero pequeñas, navajas que no me gustaron, boquerones estupendos y Voraz a la plancha fantástico, jugoso, pleno de sabor y frescura. Mas tintos de verano, mas claras de cerveza... no llego a 40 euros... Reflexión; en el reino del pseudo-glamour, el pelotazo, la corrupción y ejemplificado para España como lugar en donde te la "clavan" a la primera el pescado se trabaja, al menos aquí, con sumo cuidado e inteligencia. Mientras, en Galicia, la mayor flota de bajura de España sirve pescado a miles de churrasquerias de tercera clase, caras la mayoría y ejemplo de falta de seriedad y profesionalidad. No se, cosas que pasan supongo...
Segunda cosa; Fernando Angulo y el reino de Camelot. El hecho de la existencia de un lugar como la Enopateca en Ronda (o donde fuera) debería ser motivo de estudio en las escuelas de Hostelería. Fernando es persona seria pero amable, pondera lo que dice y ama lo que hace como poca gente que yo haya conocido. Si antes me parecía un As ahora directamente soy fan suyo y de su idea del mundo del vino. No me siento a su altura ni a la de otras personas con similares conocimientos, ni nunca lo he pretendido, pero después de conocer personalmente su "castillo" entiendo algo mas qué lo mueve cada día a enfrentarse a la tradicional y espesa banda de supuestos profesionales que pululan por la hostelería nacional. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.
Tercera cosa; Tragatapas. Sin salir de Ronda el concepto de bar de tapas, gastrobar, taberna ilustrada o como demonios se la quiera etiquetar aquí vive en otra dimensión diferente. Nada que yo pueda decir será mejor que lo dicho por los chicos de la "Famiglia" en el blog de Weirdo así que me cayo. Solo comentar que yo comí a la sombra de la C/Nueva, al pie del puente sobre "El Tajo", una chapata con Carrillera memorable, un salmón marinado de sensaciones frescas y sabrosas y otra serie de tapas mas dignas de un menú degustación que de una bar de tapas, aunque este se enclave en medio de la Ciudad Soñada de Rilke. Genial sitio, fantástico menú y estupendos vinos.
Aviso a Navegantes; Dado que parece que hablar de determinados vinos de forma poco positiva (o directamente negativa) pone nerviosa a mucha gente que, de no ser por ello, no participarian nunca en estos lares, quiero decir, a quien pueda interesar, un par de cosas...
1º- El Enemigo no soy yo. El enemigo son aquellos que pretenden vender un vino no en función de su sabor, aroma y color sino de ofertas demoledoras, acompañadas de regalos de toda índole y pelaje que aderecen un producto que, sino fuese por esos "aditamentos", costaría mucho vender.
2º- Dicho esto y como fue norma mía desde el inicio en respeto a los profesionales que si se juegan algo en esto de hacer y vender vino, no volveré a hablar de ningún vino de no ser positivamente, ni en un post ni en una respuesta. Por ello, en caso de considerar como poco interesante o disparatado de precio o directamente plano y aburrido un vino, guardare un respetuoso silencio. Yo, al menos, se que mercancía ofrezco y a que sabe. Yo, al menos, se que no vendo Cocacola. Yo vendo vino.