Para inaugurar el proyecto he escogido a un trol un tanto singular. Se trata del protagonista de mi último cuento. ¿Qué os parece la portada? Es una ilustración de John Bauer. Sé que los trols no son los personajes favoritos de casi nadie pero también son víctimas de los prejuicios y la incomprensión. ¿Quién mejor para contarle su historia que una grumpy dispuesta a escucharla? Este es el enlace de su relato en amazon: El Trol, de momento está disponible en Kindle y aún tardará unos días en papel (aunque ya aparece y se puede encargar). Así comienza:
CAPÍTULO 1: ORIGEN
Según la tradición los trols viven de noche y, durante el día, duermen en grutas excavadas en las montañas porque no soportan la luz. Su leyenda también afirma que, si no se refugian, los trols se convierten en piedra al amanecer, con el primer rayo de sol. Como casi todas las leyendas ésta posee una base de verdad, aunque cubierta por un grueso barniz de fabulación. ¿Qué es cierto y qué no lo es? Es difícil de saber si no se es un trol pero, en este caso, aunque no se me pueda considerar un ejemplar típico, es lo que soy.
En realidad los trols no somos monstruos. Simplemente somos consecuencia de las fuerzas de la naturaleza, la misma que, al principio de los tiempos, dio origen a las montañas. Nacemos de las rocas, de piedras gigantescas que, al derrumbarse por su peso o a consecuencia de un temblor de tierra, ruedan y siembran la muerte y la destrucción. Tanto es así que incluso muchas se aplastan durante el proceso o en ocasiones quedan enterradas al fondo de alguna morrena. En esos casos, las rocas se pierden sin que jamás surja de ellas ningún trol.