El truco de perder peso rápidamente

Por Sentir @menjasa1

Llega la primavera y con ella las prisas para perder aquellos quilos que pensamos que tenemos de más. Como cada año, nos ofrecerán muchas dietas que prometen la reducción rápida del peso y que intentan responder a nuestras expectativas: bajar de peso en un tiempo record, pero ¿realmente te interesan?

¿En qué consisten?

Las dietas que prometen una reducción rápida de peso comparten algunas características:

  • Son dietas pobres en calorías.
  • Excluyen alimentos (alimentos prohibidos) o reducen su consumo, entre los cuales los alimentos ricos en hidratos de carbono: el pan, la pasta, el arroz, la patata y las legumbres.
  • A menudo dan un valor nutritivo exagerado a algún alimento que tendremos que consumir hasta la saciedad (superalimentos), o han de ir acompañadas de productos que se venden en el mismo establecimiento en el que nos ofrecen la dieta en cuestión.

¿Funcionan?

Sí, si el único parámetro que tengo en cuenta para evaluar los resultados es el peso.

Si  se consigue hacer el menú propuesto, sin transgresiones, el peso bajará rápidamente. Pero la pérdida de peso se deberá mayoritariamente a la pérdida de agua.

Consecuencias

  • La falta de energía puede ocasionar fatiga, malestar, dolor de cabeza y mareo.
  • Nos inculcan falsas creencias sobre lo que es y lo que no es saludable.
  • Generan relaciones pocos saludables entorno a la comida: sentimiento de culpa y obsesión.
  • La falsa sensación de éxito actúa como factor de riesgo de trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia nerviosa.
  • El temido efecto rebote.

El efecto rebote

Las personas que ponen en práctica dietas para perder peso de forma rápida, cuando las abandonan, recuperan mas quilos que los perdidos, es lo que también se conoce con el nombre de efecto yo-yo por comparación con el conocido juego que sube y baja repetidamente.


El efecto rebote se debe a que la pérdida de peso ha estado debida, básicamente, a la pérdida de agua
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Este efecto rebote se debe a que, una vez  finalizada la dieta se reprende la alimentación habitual, se rehidratan de nuevo los tejidos (ya hemos comentado que la pérdida de peso ha estado debida, básicamente, a la pérdida de agua) y se continua con los malos hábitos alimentarios, que son los verdaderamente responsables del exceso de peso. Además, las personas que se someten a dietas restrictivas sufren una cierta adaptación metabólica y hormonal a la baja ingesta calórica, que hace que su cuerpo se acostumbre a trabajar con menos y por tanto, queman menos calorías para una misma actividad. Si le sumamos que después de días de restricción se suele aumentar la ingesta calórica ¡el efecto rebote está asegurado!

Las consecuencias que tiene este efecto rebote en las personas que lo sufren son nefastos, ya que nunca consiguen su objetivo y eso les provoca una baja autoestima y una creciente obsesión por el peso y por la comida.

¿Cómo tiene que ser una dieta para bajar peso?

En primer lugar debemos estar seguros de que la pérdida de peso es necesaria. Quizás ya te encuentras en un peso saludable (que no es lo mismo que el falso “peso ideal”) o lo que necesitas es reducir tu porcentaje de grasa aumentando la masa muscular, manteniendo tu peso actual.

Si en tu caso es necesario reducir peso es imprescindible quitarte las prisas de encima. Una pérdida de peso saludable, en la que podamos asegurar la pérdida de grasa, es lenta (de como máximo 1 kg semanal).

Para conseguir bajar de peso y mantenerlo durante el tiempo necesario llevar a cabo un plan alimentario variado y ajustado al máximo a las costumbres, gustos y horarios de la persona, mejorando la relación que tenemos con el acto de comer y atendiendo a los diferentes aspectos (de placer, sociales y de salud) que nos ofrece la alimentación.

Para evitar el efecto rebote, tenemos que dar a nuestro organismo la energía que necesita par al día a día, de manera que la pérdida de peso será lenta, pero efectiva. Es indispensable asegurar una reeducación alimentaria que incluya información veraz y basada en la evidencia científica sobre lo qué es y lo qué no es la alimentación saludable, así como un cambio en los hábitos de alimentación y de estilo de vida que tendrá que imperar de ahora en adelante.