Kevin Smith y Francis Ford Coppola, estos son los dos nombres propios de la octava jornada de Sitges, dos directores que presentaban sus últimas películas encasilladas dentro del género de terror y que llegan al festival tras recibir el azote de la crítica allí por donde han pasado (y Sitges no ha sido una excepción). A pesar de las pocas expectativas iniciales, las dos películas me han convencido (sobre todo la del amigo Silent Bob), encontrando exageradas todas las opiniones previas que había recibido de ellas.
Antes de enfrentarnos a los dos platos fuertes del día nos adentramos en la sociedad deshumanizada que nos ofrece el director francés Jean Baptiste Léonetti en Carré Blanc.
Una propuesta minimalista y con muy pocos diálogos que sirve como crítica feroz a una sociedad no muy lejana en la que la violencia y la agresividad se ha adueñado del mundo empresarial y en la que todos deben aparentar felicidad y mantener la compostura si no quieren ser castigados por los que le rodean.
Algunas de las características de esta nueva sociedad son realmente sorprendentes: la carne humana se consume, la práctica del criquet es casi obligatoria y es el deporte que te conducirá hasta la felicidad y la reproducción se encuentra en vías de extinción.
Mención aparte se merecen las pruebas de la selección de personal que realizan en la empresa, yo pensaba que las entrevistas de trabajo que hago para seleccionar mi personal son agresivas y poco convencionales pero tras ver los métodos de Carré Blanc me he dado cuenta que me queda mucho por aprender…
Otra de las sorpresas agradables del festival, que como bien dijo su director de ella es una película en la que cuesta entrar, pero si lo consigues quedas fascinado.
Kevin Smith dirigiendo cine de terror?? Esa es la pregunta que se hizo todo el mundo al conocer que el director de comedias de culto como Clerks o Persiguiendo a Amy iba a dirigir Red State un film de genero con el que Smith pretende reconducir su carrera tras sus nefastas últimas obras.
A la hora de la verdad no nos encontramos ante una película de terror, si no ante un film que sirve de critica tanto a los extremismos religiosos como a las actuaciones gubernamentales, todo ello aderezado con buenas dosis de acción y de humor.
Red State se puede dividir en diversas etapas: la inicial en la que un grupo de jóvenes contactan con una mujer que les promete sexo grupal y que se desarrolla a modo de comedia clásica de adolescentes, a continuación una franja central en la que nos encontramos con la aparición del factor religioso (incluido un extenso sermón por parte del reverendo Copper) y con la intervención policial y por ultimo un desenlace final irónico, surrealista y critico a partes iguales que me ha parecido sublime y en el cual se nota el sello de su director.
Sin respiro y con las maravillosas gafas de 3D en mano (sitio en el que las tenemos el 99% de la película) nos disponemos a ver la nueva incursión de Coppola en el mundo de los vampiros, un oscuro cuento gótico titulado Twixt.
Parecía que todos los asistentes entrabamos con miedo a la proyección tras el bombardeo de críticas negativas que hemos ido escuchando tras el pase del día anterior, pero como sucedió con Red State sigo nadando a contracorriente y encuentro que Twixt es una propuesta mas que aceptable con la que puedes descubrir un fantástico mundo de sueños y delirios envueltos en una espesa niebla.
Un recuperado Val Kilmer interpreta a un escritor en declive que no consigue encontrar la inspiración para su nueva obra. Al llegar a un pequeño pueblo se involucra en una investigación policial por asesinato y encuentra a dos personas en su subconsciente que le ayudaran a avanzar en su composición, V (una maravillosa Elle Fanning) y el mismísimo Edgar Allan Poe.
Los sueños se desarrollan con una gran potencia visual y una utilización del blanco y negro que sirve para resaltar los colores mas vivos, por su parte el prácticamente inexistente 3D se avisa previamente con un encadenado de unas gafas que resulta gracioso a la vez que ridículo e innecesario.
Coppola nos ha demostrado que todavía tiene suficiente talento como para poder ofrecernos grandes películas en un futuro, por lo que los que disfrutan crucificándolo tendrán mas opciones de hacerlo.
Para acabar el día una ración de brutalidad (que este año la estoy echando mucho de menos) con la polémica The Woman, de Lucky Mckee que ha sido presentada por el escritor Jack Ketchum.
Voy a empezar siendo critico (cosa que me gusta muy poco) ya que The Woman posee uno de los peores montajes que he visto en mucho tiempo, abusa hasta la saciedad de los fundidos a negro, de las transiciones y de las escenas montadas sobre una canción, dándote la sensación que estás viendo un video de boda amateur.
Saltando este desagradable obstáculo nos encontramos una película que busca provocar a través del maltrato y la degradación a la mujer por parte de un reputado padre de familia que cuenta con la aprobación de los suyos y la inestimable colaboración de su hijo.
La película nace como un spin off de The Offspring, en el que una mujer salvaje y sin civilizar es retenido por un respetado abogado que conjuntamente con su familia intentaran domesticarla con unas técnicas de lo mas inhumano.
La historia avanza de forma lenta y torpe debido sobre todo a su montaje para acabar con un último tramo mucho mas intenso y en el que nos encontraremos con mas de una sorpresa.
The Woman me ha servido para saciar mi parte animal e inhumana y arrancarme alguna sonrisa con su sórdido humor. Mañana más!