El último Blues de Ray Charles

Publicado el 21 febrero 2015 por Vivalamusica @VivaLaMusicaWeb
Ray Charles 1991

Ray Charles es una prueba de que la mejor música cruza todas las fronteras, llega a todas las confesiones”, dijo Van Morrison. Y es que no debe de ser fácil eso de crear un género musical. Muchos músicos tienen rasgos de genialidad, pero solo uno, el gran Ray Charles, representa ese término a tal grado que se convirtió en su sobrenombre. Charles materializó esa genialidad mezclado el gospel y el blues de una forma tan pura, que el estilo exuberante derivado de esa unión fue bautizado como soul.

Ray Charles tenía una voz única en la música popular. Hacía improvisaciones, como una pequeña carcajada o un “Huh-hey!”. Era como si algo le golpeara mientras estaba cantando y no pudiera evitar reaccionar. Le encantaba lo que hacía y su alegría era contagiosa. Pero había algo más en lo que no reparé hasta que no escuché la canción Baby Grand que canta junto Billy Joel. Cuando canta, no sólo está cantando soul. Está compartiendo su alma en donde puedes llegar a escuchar algo profundo dentro de ese hombre.

“Hay tres cosas que no deseaba tener cuando era niño: un perro, un bastón blanco y una guitarra. Para mi aquellas tres cosas significaban ‘ser ciego’. Parecía que todos los cantantes ciegos de los que había oído hablar tocasen la guitarra. Ciertamente no quería engañarme o ilusionarme: sabía bien que era ciego. Pero no quería ir de gira cojeando como si estuviera medio muerto. Intentaba no depender de nada ni de nadie, sólo de mí mismo”. Esto escribía Ray Charles sobre sí mismo en su autobiografía, Brother Ray, para narrar los aspectos difíciles, y frecuentemente dramáticos de su vida, enteramente dedicada a la música, pero también afligida por la ceguera. Pero Charles supo superar su handicap y convertirse en The Genius, el genio. Su proyección artística se extiende por todos los continentes, y son muchos los cantantes y autores que le están agradecidos por haberles indicado el camino de la más sencilla, pura, cristalina y genuina música soul. Ray Charles Robinson nació el 23 de septiembre de 1930 en Albany, Georgia, pero se trasladó en seguida a Greenville, Florida. Desde el principio la vida fue dura con él: no conoció a su padre, a los cinco años vio morir, ahogado en una bañera, a su hermano, y poco tiempo después empezó a perder la visión a causa de un glaucoma; dos años más tarde quedó totalmente ciego. A los siete años Charles tuvo que abandonar a su familia, para trasladarse a la lejana escuela para ciegos de St. Augustine, donde permaneció hasta su adolescencia. No obstante, la escuela para ciegos era el mejor lugar para aprender el difícil arte de la supervivencia y el más apasionante arte de la música.

El racismo le afectó tanto como a cualquier otra persona negra. “Lo que nunca he logrado entender hasta este día, es cómo la gente blanca puede emplear negros para que les cocinen, les hagan las comidas, pero no les permitan sentarse a la mesa con ellos” (…) “¿Cómo puede llegar a disgustarte tanto alguien y hacerlo cocinar para vos? Caramba, si a mí no me gusta alguien esa persona jamás cocinará para mí, jamás.”

McSon Trio, Ray Charles – 1948

En las largas tardes en la escuela aprendió a tacar el piano, el órgano, el clarinete, el saxo alto y la trompeta. Durante las vacaciones escolares su madre lo estimulaba a hacerse más independiente, y Charles llegó incluso a manejar una moto, con notable riesgo para su vida y la de los demás. En 1945 murió su madre y Charles decidió abandonar la escuela, trasladarse con algunos amigos a Jacksonville, Florida, y empezar a vivir profesionalmente de la música. En seguida encontró trabajo en diferentes grupos, e incluso llegó a tocar country en un conjunto de blancos, The Florida Playboys. Esta experiencia duró poco, y Charles se trasladó a Seattle, en el estado de Washington, cercano a la frontera canadiense. Allí empezó a trabajar en locales nocturnos como instrumentista de grupo, solista y arreglista para grandes orquestas. Su cotización creció velozmente, por lo que tuvo la idea de formar un grupo. Así nació The McSon Trio, con Gosady McCee a la guitarra y Milt Garred al bajo, que intentaba emular el éxito de artistas como Nat King Cole. En 1949 asumió definitivamente el seudónimo de Ray Charles, para evitar confusiones con el púgil Sugar Ray Robinson, y se trasladó a Los Ángeles en busca de compañía discográfica.

Durante una huelga convocada por el sindicato de músicos grabóConfessin’ the blues‘, recibió una multa de 600 dólares por saltarles la huelga, pero el resultado musical fue notable permitiendo aumentar la confianza de Ray en sus posibilidades dentro del sector. De esta manera se abría un período muy intenso. Ray conoció a una chica llamada Louise, con la que tuvo su primera hija, Evelyne; trabajaba mucho pero cayó en el consumo de las drogas duras. A principios de 1950 Charles grabó ‘Baby let me hold your hand‘, que alcanzó el séptimo puesto en las listas de rhythm and blues.

Tras su segundo sencillo “Baby Let Me Hold Your Hand” los temas posteriores se convirtieron en éxitos en las listas de “música racial”, lo que forzó a Ray mudarse definitivamente a Los Ángeles para poder conseguir más oportunidades. Allí se unió a la banda dirigida por el guitarrista Lowell Fulson, donde llegó a ser el director musical y donde empezó a saborear el dulce gusto de la vida “en la carretera”. Viajar le permitió conocer a mucha gente, estrechar muchas relaciones y conocer a uno de sus ídolos de la infancia, Charles Brown. También conoció a Quincy Jones, con quien en lo sucesivo trabajó muchas veces en los estudios de grabación. Pero aquella intensa vida de traslados empujó a Charles a buscar un papel más personal en el mundo del espectáculo musical, con el deseo de salir de la estela de Nat King Cole para crear algo original. Precisamente en esta época Charles tuvo un golpe de suerte.

Banda de Ray Charles con; Edgar Willis, Leroy Cooper, Bruno Carr, David Newman, Hank Crawford, John Hunt

La Swing Time, poseedora de su contrato, atravesaba un mal período financiero y para recuperar dinero vendió el contrato del músico a la aún joven Atlantic: éste fue el movimiento decisivo que abrió para Charles las puertas de una inmensa carrera. En efecto, Atlantic invirtió mucho en él, y en el período de 1952 a 1953 nacieron obras maestras importantes, como ‘Mess around‘, ‘Losing hand‘ e ‘It should have been me’, que llegó a la cabeza de las listas en 1954. Ray Charles recuerda así aquella época: “No tenía aún un grupo totalmente mío. La mayor parte de las canciones que ejecutaba no estaban compuestas por mí y estaban arregladas por otros. Sí, las cosas iban bien, pero no estaba contento. Sabía que aún podía dar más de mí. Sólo tenía que llegar la ocasión”. Para recuperar ideas y estímulos, en 1953 Charles se desplazó a New Orleans, invitado por su amigo el bluesman Guitar Slim. En el cálido y genial clima del sur nacieron algunas canciones de gran nivel, como ‘The things l used to do’, que en la versión de Slim vendió millones de copias. Charles se liberó finalmente de toda reserva e inhibición artística. El primer ejemplo de esta mezcla fue ‘Don’t you know’, el segundo, una composición de Guitar Slim titulada ‘Feelin’ sad‘. El tercero, y más decisivo, la legendaria ‘I got a woman’, grabada por el que se había convertido en el grupo fijo de Charles: Teagle Fleming a la batería, Edgar Willis al bajo, David “Fathead” Newman al saxo alto, Marcus Belgrave y John Hunt a las trompetas. Y sobre todos ellos resalta la voz de Charles, una voz finalmente liberada de clichés, una voz que vuelve a encontrar la energia del canto gospel. Charles había recibido mucha inspiración del mundo de la iglesia y de la música sacra, convirtiéndose en un embajador del estilo.

Rápidamente Atlantic le dio el control artístico de sus grabaciones, sobre todo después del éxito que obtuvo con “Things That I Used to Do” la canción más importante del rythm and blues de 1954. La confianza de la productora fue seguida de una serie de éxitos como la mencionada “I’ve Got a Woman,” “Hallelujah I Love Her So” “Drown in My Own Tears” y “What’d I Say.” que lo llevaron a la cima de la popularidad al final de los años 50. Fue aquí cuando encontró su voz, además de su estilo marcado por el piano y los vientos de su orquesta.

Hall Jerry Greenberg, Ray Charles, Ahmet Ertegun, Milt Jackson

En los años 50 Ray Charles se convirtió en el arquitecto del Soul al unir el fervor del gospel a temas seculares. Pero pronto rompió todas las categorías en las que se le podía encasillar al cantar temas como “Hallelujah I Love Her So“, “I Can’t Stop Loving You“, “Georgia on My Mind” y “America the Beautiful“. Produjo más de 60 álbumes y su influencia se siente en generaciones de cantantes de rock y soul. Su estilo se siente en la obra de artistas como Elvis Presley, Aretha Franklin, Stevie Wonder, Van Morrison y Billy Joel. Al mismo tiempo Ray Charles grabó un disco de jazz con Milt Jackson del Modern Jazz Quartet en 1958 y se presentó en el festival de Jazz de Newport. Fueron años importantes para Charles, y para toda la música negra, que encontró en él el punto de referencia decisivo tras el cambio que la música blanca estaba efectuando con Elvis Presley. Tras Charles vinieron Sam Cooke, Otis Redding, James Brown, Aretha Franklin, Sly & The Family Stone, hasta llegar a Stevie Wonder que, cuando debutó en el mundo de la música a los doce años, fue apodado “Little Genius”, para subrayar su proximidad artística con Charles.

Ray Charles también tuvo un efecto renovador en el campo del rock, a pesar de que él personalmente no había traspasado jamás sus límites en ese sentido, manteniéndose más como personaje de fondo, aunque fundamental, como demuestra la sucesión artística de Joe Cocker, sin duda su mayor admirador. Si literalmente el rock apenas lo rozó, con seguridad el jazz lo atrajo mucho más. Por tanto es comprensible la grabación de dos álbumes con Milt Jackson, del Modern Jazz Quartet: ‘Soul brother’ (1958) y ‘Soul meeting’ (1962). A pesar de sus escarceos con el jazz, la popularidad de Charles está ligada a las canciones, de las cuales la más famosa sigue siendo ‘What’d I say‘, un tema nacido en una noche fogosa. La leyenda cuenta que durante un concierto en el Medio Oeste el grupo de Ray Charles había acabado todo el repertorio, pero por contrato debían seguir tocando diez minutos más. Así que Ray incitó al grupo y a las coristas a seguirlo en la improvisación. Algunos días después, el grupo grabó ‘What’d I say’, que llegó hasta el sexto puesto en las listas de éxitos, y provocó no pocas tensiones moralistas por su forma de cantar tan sensual.

En los años cincuenta y sesenta, Charles era una verdadera celebridad y ya se lo podía permitir todo. Para el precioso álbum ‘The genius of Ray Charles’ llamó a una gran orquesta, abandonando así la pequeña formación que congeniaba más con él, y precisamente para este disco volvió a encontrar a Quincy Jones como arreglista. Su popularidad le permitía también moverse libremente en el mundo de los negocios musicales. En 1959 dejó Atlantic y firmó un fabuloso contrato con ABC Records, que le dejaba la más completa libertad artística. Para celebrar las nuevas relaciones, en 1960 colocó su primer disco en el número uno de las listas de éxitos, la versión de un viejo tema de Hoagy Carmichael, ‘Georgia on my mind‘. En esta época Charles confirmó su eclecticismo recuperando algunas canciones de tradición country & western. En 1962 publicó el álbum ‘Modern sounds in country and western’, que contenía el clásico de Hank Williams, ‘I can’t stop loving you‘. El álbum llegó a vender más de un millón de copias y el síngle permaneció muchas semanas en la cima de las listas de éxitos. 

Fotografía de 1985 durante la grabación del tema We Are The World con; Stevie Wonder, Ray Charles, Michael Jackson

Hasta 1964, Charles coleccionó un éxito tras otro: ‘Hit the road jack‘ (número uno en 1961), ‘You don’t know me‘ (número dos en 1962), ‘You’re my sunshine‘ (número siete en 1962), ‘Take these chains from my heart‘ (número ocho en 1963) y ‘Busted‘ (número cuatro en 1963). En 1964, con la llegada de The Beatles, el “Genio” inició una fase descendente, fase que también coincidió con una serie de arrestos por drogas. Entre 1965 y 1966, celebró su renovada forma con los éxitos de ‘Crying time‘ y ‘Let’s go get stoned‘. En la segunda mitad de los años sesenta, Ray Charles operó un importante cambio en su repertorio, además de continuar con el filón de canciones gospel y soul, se dedicó a hacer versiones de canciones de éxito como su versión de ‘Yesterday‘ de The Beatles. Imparable devorador de kilómetros, embajador de la buena música y de la amistad entre las razas, Charles siempre ha visto su arte como un importante vehículo de comunicación. Aunque el público ha envejecido con él, todavía asoman muchos ecos de la obra de Ray Charles entre los músicos contemporáneos, sus grandes canciones son frecuentemente retomadas por colegas más jóvenes, y personajes como Joe Cocker y Billy Joel han expresado muchas veces su agradecimiento. También en 1985 estaba presente en el gran proyecto “USA for Africa”, que después dio vida a la canción ‘We are the world’. Y precisamente en 1984 Charles publicó un álbum que sintetizaba toda su filosofía musical y humana. ‘Friendship’ comprende una serie de dúos con músicos procedentes de diferentes culturas musicales, como Willie Nelson, Chet Atkins, The Oak Ridge Boys, Hank Williams Jr., Ricky Skaggs, Johnny Cash y Merle Haggard. 

Ray Charles falleció a la edad de 73 años, el 10 de junio de 2004 en su casa de California. Sus restos se encuentran en el Cementerio Inglewood Park de Los Angeles, California.