Deja de funcionar todo el cuerpo, y en el último aliento, escapa el alma.
Con melancolía, el alma se queda allí observando todo su alrededor. Intentando asimilar que se desprendió y no se puede volver, al menos en ese cuerpo no.
Se activa el registro de esa alma, dejando que corran las diapositivas que fué guardando desde el primer latido hasta el último. Recuerdos, se transforman en recuerdos que se almacenan en un espacio infinito que trae consigo. El último suspiro fue un soplo en ese rostro. Era el momento, espontaneo, inexplicable. Hasta allí quiso ir el alma, con intenciones de evolucionar, pasó al otro lado.
Dejando atras un puñado de besos que flotan en el aire, logrando llegar a cada una de esas personas de las que deja.
Es un mensaje, es una coincidencia, tal vez una llamada de atención. Sigue estando, en el aire, en un rincón o en una risa, alli quedo la escencia del ser que se desintegro en un instante.
Queda el sabor amargo, el momento donde uno, quisiera decir todo pero que elige callar. Y ya, se hizo tarde. Las palabras vuelan con el viento, no alcanzan. Ya no alcanza más nada, porque se debe enfrentar esa situación.
Dejando un mensaje simple, claro.. VIVIR EL DÍA, AQUI Y AHORA. No existe el pasado, mucho menos el futuro, ES HOY. Ni antes, ni después.
En ese último suspiro, te abrazo desde mi distancia, te expreso mi cariño, te agradezco por tus instantes, te despido con una caricia invisible ofreciendote tu vuelo, un vuelo en paz y lleno de amor. Sos libre, sos lo que quieras ser. Cuando creas necesario volver, en algun rostro nuevo, en circunstancias de la vida, nos volveremos a ver.
Canción: Cancion para mi muerte Artista: Sui Generis