El umbral de la eternidad. Ken Follett

Por Mientrasleo @MientrasleoS

     "La policía secreta convocó a Rebecca Hoffman un lunes lluvioso de 1961.
     La mañana había empezado como otra cualquiera. Su marido la acompañó al trabajo en su Trabant 500 color canela. Las antaño elegantes calles del centro de Berlín aún conservaban solares arrasados por los bombardeos de la guerra, salvo allí donde se habían construído nuevos edificios de hormigón que se alzaban erguidos como dientes falsos y mal emparejados. Hans iba pensando en su trabajo mientras conducía."
     Leer a Ken Follett nos pone en forma. Ya sea por pasear el peso de sus libros o por entrenar nuestra mente para simultanear varias lecturas y así no tener que pasearlos, no cabe duda de que este hombre no tiene miedo a que el volumen de una obra desmotive a los lectores. Hace ya cuatro años que comenzó la trilogía The Century y tenía ganas de leer este broche final. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El umbral de la eternidad.
     The Century, reza el nombre de esta trilogía que comenzaba con un millar de páginas allá en 2010. Una trilogía que arrancaba en 1911 con la coronación de Jorge V  y que finaliza con la toma de posesión de Obama. Este es el siglo que nos cuenta Ken Follet en su ambicioso proyecto y para el que decidió utilizar a cinco familias y las relaciones que mantenían a lo largo de sus vidas durante varias generaciones. Volvemos con los Fitzherbert, los Peshkow, los Williams...; cinco familias, cinco nacionalidades. Familias que se han ido ampliando, que nos han presentado a hijos y nietos y que han crecido y se han unido a otras.
     Esta vez comenzamos la historia hablando del muro de Berlín. La última parte del siglo, tal vez por ser la más reciente, la que todos conocemos, se nos hace mucho más ligera que su predecesor. No acierto a imaginar la ingente cantidad de documentación que tuvo que recopilar su autor, pero sí que pone cuidado en no ralentizar la historia demostrando la veracidad o no de lo que allí nos cuenta. ¿Y qué nos cuenta en este último volumen?
     Además del ya mentado muro y su aparición, hablará de derechos civiles, de sufragios, Kennedy, comunismo, asesinatos, amantes, Cuba, rock and roll, KKK, el Watergate, el pop británico... todo tiene cabida para un Follett que tiene cogido el punto a la forma de narrar historias. Da la sensación de que ha descubierto la fórmula para que el lector no se sienta abrumado por el número de páginas y avance con facilidad en la lectura de sus libros. Y explota esa fórmula a la perfección en este libro que es, si no me confundo, el que más páginas tiene (pero no os asustéis, la diferencia no es mucha).
     Me he encontrado con una historia en la que Follet no teme dar o quitar páginas a los hechos y años según su propio criterio. Eso me gusta. Poder resumir algo archiconocido para luego explayarse en parte de la historia. Porque sigue siendo la historia de unas familias, nos reencontramos con algunos personajes y conocemos otros a los que seguimos los pasos. Personajes que siempre coloca cerca del foco de atención en ese momento, como si no quisiera que resaltasen más que el gran protagonista, que no es otro que nuestro siglo pasado. Y sin embargo algunos sobresalen irremediablemente. Este es el caso de George (sin pistas, sin apellidos), un personaje con historia propia que me ha encantado y que será protagonista de alguna escena inolvidable. Personajes que son presa del momento en que viven o de sus circunstancias personales; que se casan sin saber con quién lo hacen, embarazos en lugares inoportunos, infidelidades.. todo tiene cabida en este libro. Y escenarios, claro, Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña, Alemania... lugares ya conocidos y revisitados.
   
     Una ficción histórica en la que el autor busca el dinamismo y nos rodea de hechos y nombres ya conocidos por todos mientras recorremos la última parte del siglo. Historias personales, dramas, secretos y  alguna que otra escena sexual como ya nos tiene acostumbrados, completan una novela que, una vez comenzado, nos hace olvidar su número de páginas para sumergirnos en una historia en la que el autor no ha podido dejar de poner su toque de "novelón" (no ya por su calidad, sino por sus momentos tendentes al melodrama). Páginas llenas de buenos y malos, de amores, cobardes, héroes y débiles que se recorren sin esfuerzo alguno y que, y esto es importante, se puede leer de forma independiente a sus predecesores. Pero si de verdad quiere sumergirse en The Century tal y como el autor nos propone, hay que coger La caida de los gigantes y El invierno del mundo.
     Ken Follett ya demostró con Los Pilares de la tierra que es capaz de hacer que millones de personas olviden los prejuicios de peso que suponen determinados libros. Pero, y vosotros ¿el tamaño importa a la hora de elegir lectura?
     Gracias