El unicornio, de Iris Murdoch

Publicado el 17 noviembre 2016 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza

Editorial: Impedimenta, 2014

Marian Taylor llega al castillo de Gaze creyendo que va a trabajar como institutriz. Pronto descubre que su misión será otra.

Si bien "El unicornio" parece ser considerada una obra menor entre las de su autora, se pueden observar en ella temas habituales en el resto de su producción: la reunión de un grupo de personas, que giren en torno a otra que permanece en segundo plano, la inclusión de un elemento nuevo que sirve de catalizador para cambiar la situación, los dilemas morales, los impulsos sexuales (heteros y homosexuales), sentimentales y románticos etc...

"El unicornio" empieza con la llegada de Marian Taylor al castillo de Gaze, un lugar aislado, misterioso, con los habitantes de la casa vecina, Riders, como unos vecinos. Ella cree que trabajará como institutriz y se encuentra ejerciendo de acompañante de Hannah (el unicornio del título, descrita como un ser excepcional), prisionera más o menos voluntaria, custodiada por una serie de personajes atrapados y condicionados por sus propias circunstancias, que les mantienen a la espera de Peter Crean―Smith, marido de Hannah, cuyo regreso puede ocurrir, o no, en cualquier momento.

Incapaces de tomar decisiones, todos parecen creer que será Peter quien, de alguna manera, les libere, acabe con la rutina tan cómoda como resignada en la que viven. Son, sin embargo, la llegada de Marian y el regreso de Effingham (eterno enamorado de Hannah), cuyos puntos de vista, en tercera persona, se alternan para mostrar tanto la situación como a los personajes, los que inician un intento de cambio en apariencia bienintencionado que tiene consecuencias inesperadas.

La novela tiene un desarrollo pausado, en el que tanto las descripciones de los paisajes, inhóspitos y aterradores, peligrosos, una extensión de la prisión que es Gaze para sus habitantes, como las reflexiones interiores de Marian y Effie contribuyen a crear una atmósfera inquietante, confusa, con toques góticos y misteriosos, llevando a los personajes a un punto en el que se ven abocados a tomar decisiones, a tratar de hacer algo antes de que vuelva Peter, esa amenaza incierta que se cierne sobre Hannah, aunque también sobre los demás.

La autora consigue crear expectativa e inquietud, mantener el interés con sucesivas y bien medidas revelaciones, tanto acerca de lo que sucedió años atrás, origen del cautiverio de Hannah, como de las personalidades de unos personajes complejos, oscuros, atormentados, que fascinan y atraen a Marian, quien se siente romántica y sexualmente interesada por Gerald Scottow y Denis Nolan, protectora con Hannah, inquieta y desconcertada con Violet y Jamesie Evercreech, etc...

Curiosamente, centrar los puntos de vista en Marian y Effingham, con la inclusión de unas cartas que intercambia ella de un ex, consigue tanto alimentar la intriga como desdibujar al resto de los personajes, cuyos comportamientos y motivaciones, a veces extremos, impulsivos, pueden parecer absurdos, erráticos, contradictorios (pasan de amarse a odiarse sin motivo aparente), creando una sensación de desconcierto y confusión quizá deliberada.

En resumen, "El unicornio" es una novela bien escrita y desarrollada, que consigue combinar una atmósfera opresiva, de misterio, con tramas menos convencionales, como reflexiones sobre la culpa, el castigo o las consecuencias de la intervención no solicitada, con algunos altibajos de ritmo y un tramo final excesivo en emociones y reacciones.

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