Son muchos países, más de la mitad de la población, la que utiliza teléfonos móviles, pudiendo ser cerca de 7 mil millones de usuarios a nivel mundial, de ahí la importancia de seguir investigando este tema.
Los campos electromagnéticos de radiofrecuencia han sido clasificados como posiblemente carcinogénicos para los humanos (Grupo 2B), una categoría que se utiliza cuando existe una asociación causal que podría ser creíble, pero donde el azar, los sesgos o factores de confusión no se pueden descartar con seguridad razonable.
En respuesta a esta preocupación, la OMS estableció en 1996 el Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos (EMF) para evaluar las pruebas científicas de los posibles efectos adversos para la salud de los campos electromagnéticos, además en mayo del 2011 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), un organismo especializado de la OMS, empezó a examinar el potencial carcinogénico de los campos de radiofrecuencia.
La organización por el momento ha realizado acciones para identificar y promover las prioridades de investigación en los campos de radiofrecuencia y la salud para llenar los "vacíos en el conocimiento" a través de sus programas de investigación. Asimismo, desarrolla materiales de información pública y promueve el diálogo entre los científicos, los gobiernos, la industria y el público para elevar el nivel de comprensión acerca de los posibles riesgos adversos para la salud de los teléfonos móviles.
Fuente: Europa Press
PD: Pese a que no parece existir evidencia, sí que en lo que todo el mundo está de acuerdo es en recomendar el reducir el número y duración de las llamadas; así como evitar el uso y abuso en los menores.