Carlos Alonso
En una esquina se turban sus jirones.
Cuando se apiadan los astros le dicen que todo tiene un orden hasta los harapos del cristo, pero en su declinar el día sigue siendo un trapo tapando las estrellas.Lo miro sin escuchar la elocuencia de la calle mientras él sigue aturdido en su escenario.
Ya no busca caminos y la salvación es un altoparlante en la plaza donde los recuerdos blasfeman hasta que la mirada del vagabundo es la llanura del que no entiende.
¿Y entre los dilatados párpados podrá gestar la noche alguna otra condena?