Cada entrenamiento es una afrenta grupal para seguir mejorando en condiciones de máximo esfuerzo y exigencia y la respuesta está llegando poco a poco. Este esfuerzo realizado por todos los integrantes "sanos" de la plantilla está siendo algo que no pasa inadvertido para nadie y sobre todo, a quiénes de verdad nos interesa, a nosotros. Es una delicia comprobar la entrega por la mejora continua de mis futbolistas en cada sesión. Tan sólo percibir su dedicación me da alas así como un brío diferente para todavía "estrujar" nuestra preparación con más ahínco.
Esta semana nos hemos desplazado hasta Cazalla de la Sierra. Frío, lluvia, viento además de otros condicionantes deportivos tan llamativos como futbolistas (los más veteranos), a petición propia, me han pedido jugar aun estando lesionados o que para completar convocatoria han venido algunos chicos cadetes que habían hecho un esfuerzo el día anterior de su equipo, hacen que no exista ni barrera ni excusa alguna para disputar cada partido dejándonos la piel por nuestro grupo de compañeros y sobre todo, por nuestra idea común. Por todo ello, os digo, chicos, que ya sabéis que los grandes esfuerzos siempre tienen grandes recompensas y la vuestra llegará.