El valor de la constancia

Publicado el 02 marzo 2015 por Braisly @BraisLY

Este artículo es para reflejar el valor de la constancia, y cómo no, como cada lunes desde Mentalidad Fitness, publicamos este artículo. Ya sea yo o alguno de mis compañer@s.

El éxito no aparece de forma repentina y no tiene nada que ver con jugar a la ruleta. El éxito está formado por el trabajo, la constancia y la perseverancia. Hoy nos centraremos en la constancia. Todos en nuestra vida hemos pasado por etapas en las que mantenemos la constancia y otras que no. También vemos como mucha gente destroza sus habilidades por carecer de esta, gente que si mantuviese el ritmo de trabajo podría llegar muy alto, pero no lo hacen, se quedan en el camino.

Por poner un ejemplo real y que muchas personas pueden ver casi a diario, sobre todos los amantes del fútbol, están las "estrellitas" jugadores que lo tienen todo para triunfar pero acaban estrellándose contra la vida. Luego vemos al típico jugador currante, que no sale en los flashes de las cámaras, pero siempre está ahí. Este acabará triunfando.

  • El primero vive en su propia nube y descuida lo fundamental: los entrenamientos y cuidar su salud. Al final acaba mal.
  • El segundo mima estos aspectos, se esfuerza todo lo que puede, cada día de su vida, y se va haciendo un hueco. Logra triunfar (quizás no salga en tantas portadas), pero controlará su vida.

¿Qué significa la constancia?

El valor de la constancia reside en seguir trabajando en lo mismo a pesar de los resultados, favorables o no. Es decir, la constancia significa hacer algo de forma continua, sin altibajos, ni atracones.

Para que quede más claro, si eres un runner o te gusta correr, lo que no deberías hacer es salir 1 vez al mes 5 horas, a pleno rendimiento. Esto, solo te traerá problemas, y no conseguirás nada. Es más productivo, si sales un par de veces a la semana 30 minutos.

Como el ejemplo del runner, lo podemos aplicar a todo en la vida. El significado de la constancia significa, ir poco a poco, pero nunca desfallecer en el intento. Con el trabajo o estudios pasa igual, de nada sirve un atracón de horas contra el trabajo bien planificado de forma constante.

Por último para explicar el valor de la constancia aplicado al deporte, está el típico tí@ que va al gimnasio se revienta un día y no vuelve en 2 semanas o 3 semanas. El mismo proceso una y otra vez. Con esto no se va a conseguir nada, si se quiere ganar masa muscular o perder peso. Este mismo caso pasa a la hora de comer y adelgazar, es mejor olvidarnos de dietas y adaptarnos a un estilo de vida. Personalmente, no creo en dietas y las veo una estupidez, prefiero un estilo de vida constante. En el que puedas exigirte un poco más, en casos excepcionales.

¿Cómo ser constante?

Lo más importante para ser constante consiste en crear tu propia rutina. Esta no ha de ser algo malo y aburrido. Las rutinas pueden ser divertidas, sobre todo si las adaptas a tu gusto y las cambias. Al principio lo mejor es empezar muy suave, a pesar de la emoción del momento, y no exigirte grandes cosas. A medida que el tiempo avance y ya tengas tu rutina en tu cabeza y lo hagas de forma automática es hora de exigirte más. Lo más importante es crear esa rutina y adaptarnos lentamente, exigiéndonos cada vez un poquito más. Este es el truco fundamental, poco a poco y sin prisa, pero siempre queriendo avanzar más. Porque si no tendríamos el problema de estancarnos.

Aquí la gráfica que sucede cuando empezamos o retomamos algo:

En esta gráfica tendríamos tres fases:

  1. La primera fase de cuando empezamos algo es de motivación total. Estamos entusiasmados en nuestra actividad y la anteponemos por encima de todo.
  2. La segunda fase es la fase de abandono. En esta fase la mayoría de la gente suele abandonar, es cuando las cosas no empiezan a salir como uno quiere, o los resultados no son visibles. En esta fase es vital continuar pasito a pasito y sin agobiarse.
  3. La tercera fase es la fase de ver la luz al final del túnel. En esta fase recuperamos el estado de motivación y ya contemplamos la luz al final del túnel, a partir de aquí lo único que toca es continuar como lo habíamos hecho hasta ahora. Muy importante no confiarse y seguir trabajando.

Consejos para ser constante

  • Fijar una meta: uno de los puntos más importantes para ser constante es fijarse una meta a la que perseguir y establecer los objetivos deseados.
  • No obsesionarse: para poder ser constante no deberíamos tener obsesión por la actividad que queremos ejercitar. Tendremos que ser más estables y mantener ese entusiasmo, no canalizarlo para los primeros días y guardar un poco para el resto del tiempo.
  • Ser paciente: la paciencia es una virtud que a la constancia va unida, cuando no veamos los resultados o los resultados no sean los esperados, habrá que seguir trabajando con igual o más ansias.
  • Avanzar progresivamente: la clave de la constancia es ir pasito a pasito, sin querer correr de más y sin hacer vacíos, que puedan perjudicar nuestro avance. Más vale hacer algo que no hacerlo, y mejor si lo podemos hacer de forma progresiva, rindiendo cada día, un poquito más.
  • Disfrutar del camino: este factor va a resultar de vital importancia, ya que en los momentos más complicados si no nos gusta lo que hacemos puede suponer el abandono de la actividad. Mejor que te guste lo que haces, y podrás superar cualquier tipo de obstáculo.

Por último, si te ha gustado este artículo, compártelo en las redes sociales! Os dejo un pequeño vídeo de la constancia.