Al desviar la discusión hacia el precio que tenemos que pagar por "lo público", nos olvidamos de su valor real. Valorémoslo: cuando escatimamos el dinero a la educación, ¿no nos empujamos hacia una sociedad de ignorantes que no nos hará más felices a ninguno? Cuando no tenemos jueces o policías suficientes, ¿la sociedad no acabará por convertirse en el feudo de las mafias y de los ladrones –de navaja o de corbata-? Si dejamos de pagar a los médicos, ¿las personas no morirán con más facilidad y sufriendo más durante más tiempo? No creo que los términos de la discusión sean otros, es una ecuación así de clara.
Planteado de esta manera, después nos podemos preguntar por el precio de "lo público" y seguro que estaremos dispuestos a asumir su coste. Pero no nos dejemos engañar: la derecha, los liberales y las clases poderosas intentarán devolvernos a la discusión de la deuda soberana y de la financiación. Una discusión absurda: el dinero existe, pero acumulándose en los bolsillos de los que no necesitan de "lo público" –especuladores y grandes fondos de inversión-. Aunque se equivocan y debemos decirlo bien alto. ¿Es que cuando ayudamos a las personas dependientes no nos beneficiamos todos? Por supuesto: ellos ganan la dignidad que merecen y, cuando uno de nosotros vive su vida más dignamente, todos nos convertimos en seres más dignos. ¿Es que cuando alguien se salva de la ignorancia y le damos los recursos para que piense por sí mismo libremente, no nos beneficia? Sí, con rotundidad, porque hacemos que nuestra sociedad sea más libre y a nuestro lado tendremos a alguien que nos ayudará a progresar. ¿Y cuando conseguimos los médicos o los científicos más cualificados? Evidentemente todos nos sentiremos más seguros ante el futuro. Yo, más allá de estos términos, no estoy dispuesta a discutir con nadie porque, sencillamente, no me interesa perder el tiempo con banalidades.Actualidad política y social. Una visión crítica de la economía la actividad política y los medios de comunicación.