Si a esto le sumamos mitos como que todas están hechas con cabellos de baja calidad, es normal que alguien en esta situación se desanime y no tenga claro si la mejor opción es llevar una.
En el caso de la caída de pelo por la quimioterapia u otras enfermedades que producen esta caída, el estado anímico sufre mucho más porque normalmente la caída se produce en menor tiempo y luchar contra la enfermedad, además de ver un cambio de imagen tan radical, puede hacer serios estragos.
Si en estos casos decides no recurrir a pelucas, me parece perfecto, pero si eres de esas personas que se sienten más inseguras sin su cabello o simplemente verte de otra forma puede hacer que te suba el estado de ánimo te recomiendo que recurras a pelucas de calidad confeccionadas con pelo natural no solo por el aspecto, sino por la propia comodidad, sobre todo en el caso de las pelucas de quimioterapia o tratamientos similares que dejan tu piel más sensible de lo normal.