El valor del conflicto creativo en la Cultura de Marcas

Publicado el 07 enero 2011 por Aracelimasarte @AraceliMasArte
Dar con el valor real del conflicto creativo en una Cultura de Marcas es la clave rotunda del éxito
El conflicto se compone de dos voluntades que se oponen. Parten de un estatus que se mantiene pero que no avanza correctamente siguiendo el rumbo de los cambios que trae parejos el devenir del tiempo. Y emprende una batalla con una idea antagonista que promulga nuevas estructuras de movimiento, abriendo nuevas rutas.
El conflicto genera un choque entre dos intereses contrapuestos pero es el elemento esencial del drama que se representan en cualquier manifestación artística o escena real que busca soluciones.

La transformación del conflicto en un modelo creativo es la clave del éxito de las marcas
Un inicio de relación sostiene el grito repetitivo como llamada para atraer la atención de quien aún no te ha visto
Un conflicto sucederá en un ámbito de relación que se alarga en el tiempo dando tiempo a que las contradicciones y lo que en realidad sucede se convierten en un cúmulo de contradicciones generando dos voluntades que se oponen que se muestran como nefastas en entornos donde la respuesta a la petición de diálogo sea la de repetir la misma llamada de atención a pesar de las acciones que contradicen el contenido.
Un desarrollo de relación mantiene la sugerencia hipnótica como apuntalamiento de la atención ante quien aún no convive a diario contigo
Lo conflictos que sobrevendrán a una convivencia que se alarga en el tiempo no pueden ser resueltos a base de este tipo de sugerencias sin marcar huidas y distancias tan abismales que, sin querer, anuncian en fin de las relaciones por no poder dar una respuesta coherente a la demanda de explicación ante situaciones que se van complejizando por el roce constante.
Una adecuada gestión del conflicto transformando éste en conflicto creativo mantiene la suficiente tensión dramática como para sostener el deseo de permanecer en la relación
Modelos de negocio que sufren para transformar a conceptos de Marcas empresariales
Sin una adecuada gestión del conflicto los modelos de negocio no podrán entrar al juego que vienen desarrollando conceptos de marcas en espacios de Social Media y en los ámbitos donde se construyen Eventos donde la interactividad y la vivencia son los componentes que dan forma a las relaciones construyendo una Cultura de Marca que será la que nos diferencie de la competencia.
La imagen corporativa sufre cuando ha de asumir que debe interaccionar y compartir experiencias en su camino para lograr una transformación correcta a conceptos de Marcas pero la imagen corporativa, en realidad, arrastra ese sufrimiento desde que anuncia a bombo y platillo su única voz. Una voz que emite sobrellevando el peso de la perfección y que migra de forma constante entre todos los que son iguales a ella intentando mantener, con firmeza, una supuesta diferencia que la experiencia del empleado y del consumidor asumen como igual al del resto y que es la misma voz que emite mensajes de perfección en formulaciones de comparación que es contradicha por los miles de errores de operatividad que sobrevienen a diario en todos los puntos de encuentro generando conflictos que son resueltos en una carrera sin fin, donde lo único que se plantea como solución, parece ser la de construir una distancia, cada vez más manifiesta, entre todos los actores que participan en la puesta en pie de las escenas, juntas directivas alejadas de los elementos que día a día mantienen el contacto directo con los clientes y empleados que se diversifican en una estructura complicada de departamentos que funcionan con objetivos diferentes accionando de forma contradictoria entre ellos.
La fase argumentativa formula esquemas donde todos son iguales para cuando la permanencia en el mercado cumple unos mínimos donde pasa a desbordar departamentos de reclamaciones que concluyen solucionando con un carpetazo que pierde clientes o que transforma clientes en jugadores que negocian bajando el valor de modelo de negocio dibujando un paisaje donde es preciso bajar calidad si se quiere mantener un ritmo correcto de beneficios.
Ante semejante panorama solo un punto de vista que marca diferencias lo construye la mirada que depositemos en el resultado y la gestión de este. Si el conflicto es lo que marca el sendero que debe transitar todo este cúmulo de despropósitos, es la gestión del conflicto la que debe ser revisada para lograr obtener resultados distintos.