Qué frase tan vital y tan concentrada, que me evoca tanto y que resuena tan poderosa. Esta frasecilla de Vetusta Morla resume con elegancia Thelma y Louise, película de Ridley Scott de 1991, que vuelvo a ver; es una película muy indicada para las situaciones de huida y de querer correr, tan habituales ellas. Las imágenes iniciales ya nos remiten a lo que va a ser toda la obra: el camino, la carretera; sus peligros y sus aventuras, sus vaivenes y sus cambios. Sobre ese asfalto se construye una acción rememorando a Easy Rider y los caminos de la contracultura en los años 60.
“And every thing looks so complete
When you’re walking down on the streets
And the wind, it catches your feet
Sets you flying, crying”
La película tiene grandes componentes de feminismo, de liberación sexual, de western y de obra policiaca. Todo eso nos sirve para identificarnos con ellas y con su belleza natural; nos permite, además, empatizar y comprender la inocencia iniciática de Thelma, los planes maduros de Louise. Nos insta a escapar hacia un final del camino ignoto, oscuro, liberador. Un final que es aventurero y trágico, pero que resulta una victoria: logran aplastar todas las esclavitudes a que estaban sometidas. Es el valor para marcharse, un valor determinado, decidido y rompedor; es el miedo a llegar, el terror hacia lo desconocido. Es la emoción del camino que se inaugura…
Thelma: Oye Louise, no nos dejemos coger.
Louise: ¿Qué quieres decir con eso?
Thelma: ¡Sigamos adelante!
Louise: ¿Pero qué dices?
Thelma, indicando la dirección del cañón: ¡Vamos!
Louise, esbozando una sonrisa: ¿Estás segura?
Thelma: ¡Sí!
Thelma con una sonrisa con lágrimas:” Sí…