La Congregación para la Doctrina de la Fe ha cargado con dureza contra el libro, publicado en 2006 y titulado Just Love. A Framework for Christian Sexual Ethics (Simplemente Amor. Un marco para la ética sexual cristiana). En el texto, Margaret A. Farley, teóloga muy conocida en los Estados Unidos y que ha sido profesora en la prestigiosa Yale Divinity School, aboga por una ética sexual abierta y tolerante, critica la indisolubilidad del matrimonio y defiende la masturbación, la homosexualidad, las uniones entre personas del mismo sexo o el divorcio.
Por lo que se refiere a la homosexualidad, la hermana Farley considera en concreto que las personas homosexuales merecen, además de respeto, el pleno reconocimiento de sus derechos. “Las relaciones y los actos homosexuales pueden ser justificados de acuerdo a la misma ética sexual de las relaciones y los actos heterosexuales”, afirma la religiosa, que además condena “las legislaciones que discriminan a los homosexuales, las parejas de hecho, las uniones civiles y los matrimonios igualitarios“. La intención de la teóloga es proponer un “marco para la ética sexual que utilice un criterio de justicia” al evaluar las relaciones sexuales. Por esta misma razón, y con el fin de “reducir el odio, el rechazo y la estigmatización que padecen gays y lesbianas“, la monja se ha posicionado a favor del matrimonio igualitario.
Condena del Vaticano
Afirmaciones que naturalmente no han sentado nada bien en el Vaticano. Y aunque la Congregación para la Doctrina de la Fe no puede tomar medidas disciplinarias contra la monja porque ya está jubilada y no enseña en ninguna institución católica, ha prohibido el uso del libro por parte de profesores católicos y ha emitido una nota de condena en la que sostiene que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados” y “contrarios a las leyes naturales”. El Vaticano afirma que el libro no coincide “con la auténtica teología católica” y que contiene “proposiciones erróneas cuya divulgación podría causar grave daño a los fieles” y ha invitado a Farney a corregir los “errores” contenidos en su libro.
Reacciones
Quizá lo más sorprendente de esta historia ha sido la reacción de apoyo a Farley de grupos cristianos, incluyendo a un sector de la propia iglesia católica estadounidense. Teólogos como la reverenda Susan Brooks Thistlethwaite, grupos de mujeres católicas como la Women’s Ordination Conference (Conferencia por la Ordenación de las Mujeres) y varias instituciones católicas, en efecto, han criticado públicamente la actuación del Vaticano, solidarizándose con la hermana Farley que el viernes era recibida con una fuerte ovación durante el Congreso de la mayor asociación de teólogos del mundo, la Catholic Theological Society of America, que agrupa a teólogos de Estados Unidos y Canadá y de la que Farley fue presidenta.
También la editorialista de The New York Times Maureen Dowd ha escrito un duro artículo en defensa de la teóloga en el que ha animado a la jerarquía de la iglesia católica a leer con atención la condena que la hermana Farley hace en su libro de la pedofilia y de los terribles abusos cometidos contra niños indefensos. “Este vil ataque contra una noble monja solo sirve para confirmar la imagen de una iglesia católica en posición de defensa permanente, impregnada de escándalos sexuales y de una corrupción similar a los Borgia y que ataca con dureza a cualquiera que note lo obvio: que ya no saben distinguir entre lo bueno y malo“, ha escrito la periodista.
Enfrentamiento entre el Vaticano y las monjas estadounidenses
La condena al libro de Margaret A. Farley tiene lugar en medio del enfrentamiento entre el Vaticano y la mayor organización de monjas y laicas católicas de Estados Unidos, la Leadership Conference of Women Religious (Conferencia por el Liderazgo de las Mujeres Religiosas). El Vaticano, en efecto, ha hecho pública recientemente una dura condena de las posturas de esta organización (cuyas miembros representan a diversas congregaciones que en total reúnen a unas 57.000 religiosas, alrededor del 80% de las monjas de Estados Unidos), en la que afirma que el grupo ha caído bajo la influencia del “feminismo radical” y le critica haberse centrado más en temas como la justicia social y la lucha contra la pobreza que en promover la visión de la iglesia en cuestiones como el aborto y el matrimonio homosexual.
Fuente: DosManzanas