Pero no! mejor seguir pregonando un deseo que en realidad a nadie le interesa que se cumpla.
El vegetarianismo es el camino más corto hacia la solución del hambre mundial, haré una comparación simple, y utilizando medias generales de nuestro país, nos referimos a tierras de calidad promedio, para graficar de un modo sintético lo que sucede a nivel de cantidad de alimentos:
Una vaca necesita para vivir 1 ha. durante 2 años, que es lo que tarda en lograr el peso que requiere el matadero, aproximadamente unos 400 kg. de los cuales se destinan para alimentación unos 290 kg. O sea que 1 ha. en dos años produce 290 kg. de “alimento” mientras que si esa hectárea se destinara por ejemplo al cultivo de soja, esa misma ha. produciría 6000 kg. de alimento, ya que el rinde por cosecha por ha. es de 3000 kg. Si el cultivo fuera de trigo se produciría en esa misma ha. unos 7000 kg. Y si fuera de maíz la producción seria de 12000 kg. mas claro échenle agua. El espacio que produce 290 kg. de un alimento, produciría de 6000 a 12000 de otro.
Las cifras comparativas de cantidad de alimentos de origen vegetal en relación con las de origen animal, son significativas e irrefutables, y dejan aclarado un tema concreto y palpable, números reales, otro tipo de apreciación, cualquiera sea, nunca superará en importancia los arriba mencionados.
A esto sumémosle el beneficio espiritual que significa no matar. Y agreguémosle la beneficiosa calidad alimenticia que tiene una dieta vegetariana para la salud y la prevención de las enfermedades.
Sería algo espectacular, paliar el hambre mundial y a la vez obtener un rédito espiritual, ¿qué espera el ser humano para solucionar lo que tanto lo aflige?
Quizás los discursos en contra de la hambruna mundial, sólo sean para lavar algunas conciencias.
Pero no siempre el dinero estará por encima de la verdad.
Llegará el día que los seres humanos sientan verdaderamente amor por sus hermanos: los animales que mueren innecesariamente como alimento y los humanos que mueren por falta de alimento, ese día marcará un gran cambio en la humanidad, trabajando todos juntos por las leyes de evolución, en paz y espiritualidad, hermanados por algo importante, la Verdad.
¿Cuántas personas serían capaces de matar una vaca para después comérsela?
¿Cuántas personas han visitado un matadero, aunque sea una vez en su vida?
¿Cuántas personas se comerían su querido perro o gato?
¿Cuántas personas piensan realmente en lo que comen?
¿Cuántas personas quieren que se termine el hambre en el mundo?
¿Cuántas personas mueren de hambre a cada minuto?
Porque no pensar un poco más en los demás, porque no hacer un cambio positivo en nuestras vidas, ¿quién lo prohíbe?
Todas las religiones hablan de ayudar al que no tiene, al que sufre, a los huérfanos, por qué no hacerlo desde el vegetarianismo, algo tan simple, tan sano y tan positivo, comer sin matar animales, comer sin sangre ni dolor.
No comer carne, es sin lugar a dudas, algo mucho más profundo e importante de lo que los gobiernos asumen con respecto a esto, son los gobiernos del mundo y las organizaciones en que estos se agrupan, los que deberían promover los grandes cambios en la educación alimentaria, pero no sucede así, son precisamente ellos los que no hacen nada.
Queda entonces este desafío para las personas individuales y las organizaciones no gubernamentales que abogan verdaderamente por el Bien en el mundo.