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Con la llegada del buen tiempo nuestras casas dejan de experimentar algunos de los síntomas asociados a la condensación, e incluso los muros de nuestras viviendas se pueden secar más rápido, dando una tregua a esos problemas de capilaridad o de filtraciones que afectan a la salud de tus paredes.
Si nuestras terrazas o azoteas presentan problemas de impermeabilización quizá estos problemas pasen desapercibidos cuando el sol y el calor nos visitan.
Sin embargo, todo parece señalar que este año las lluvias y el frío nos van a acompañar durante mucho tiempo, incluso quizá durante todo el verano.
Según afirma el canal francés Metèo, hay un 70% de probabilidades de que haya una ausencia completa de verano en Europa occidental, convirtiéndose en el más frío y húmedo desde 1816.
Esto se produciría debido a que el largo y tardío invierno de este año ha enfriado las aguas de los mares, que, junto a la baja actividad solar de los últimos meses afectaría directamente a la climatología de los próximos meses.
Durante el verano tendremos picos de altas temperaturas, siempre según Méteo, precediendo a fuertes tormentas.
Los meses más cálidos no serán, julio y agosto, sino que habrá que esperar hasta septiembre y octubre para disfrutar del buen tiempo.