El Padre de la Patria entre guerras, proclamas y mujeres, nunca tuvo tiempo de posar ante pintores y escultores, también es cierto que hubo artistas que trabajaron muy bien su imagen en los lienzos.
Tal es el caso de la obra realizada por el pintor limeño José Gil Castro (1825) quien plasmó un rostro de rasgos fino, nariz aguileña y labios delgados, y del cual dijera el Libertador, cuando se lo regaló a su hermana María Antonia: “Es un retrato mío hecho con la más grande exactitud y semejanza”