Según el diccionario de la RAE, conciliar se define como “componer y ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí”.
Si analizamos esta definición desde el punto de vista semántico, utilizando el diccionario de la RAE nos quedaría del siguiente modo:
Componer: Ordenar, concertar, reparar lo desordenado, descompuesto o roto.
Ajustar: Hacer y poner algo de modo que case y venga justo con otra cosa.
Ánimo: Valor, esfuerzo, energía.
Opuesto: Dicho de una persona: Que constantemente desafía a otra de mayor tamaño o fortaleza.
En definitiva, para conciliar hay que tener valor, realizar mucho esfuerzo y gastar mucha energía, que es lo necesario cuando constantemente las mujeres tenemos que estar desafiando a nuestras circunstancias para trabajar fuera y dentro del hogar.
Por no hablar de componer, que gran palabra, componer para reparar lo roto, o lo que no funciona del todo bien, o para reorganizar el desorden, y claro muchas veces para hacer todo eso, hay que empezar por nosotras mismas, y es en esos momentos, cuando necesitamos el ánimo suficiente para seguir adelante, para poder luchar con esa gran oposición, y es ahí, en ese preciso instante cuando escuchar la palabra conciliación de la boca de un politicucho, te provoca ira, rabia, y esa sensación de decir, a ti te daba yo mi vida cariño, que fácil es hablar cuando los toros se ven desde presidencia, y es imposible que te empitonen, cuando sientes que tus pies no tocan el suelo.
Y claro está, cuando recurres a sus programas a sus ideas, te das cuenta, que lo único que tienen para ofrecerte es un subsido, ¿y para qué quiero yo un subsidio?
Aún recuerdo a aquéllas monjas misioneras que nos visitaban en el colegio, y que siempre ponían el ejemplo de aquella caña para pescar, no de dar el pescado ya listo para cocinar. Y en este país, nos hemos acostumbrado a la cartilla de racionamiento del subsidio, no a que nos ayuden a fabricar nuestra propia caña, o que nos enseñen a manejarla.
Para los que queremos aprender a pescar no hay nada, no estamos en sus programas. Para las madres que decidimos apostar por la vida, y traer hijos al mundo, no hay ayudas, ahora di que quieres abortar, todo son facilidades, da lo mismo, si los órganos de tu futuro hijo no nacido, serán vendidos a otras personas y serás encima usada como un eslabón de la maquinaria cruel del dinero, da lo mismo.
Una sociedad que no apoya a la mujer por su condición maternal, que no apoya a la familia, como unidad más importante del tejido de desarrollo personal, es una sociedad putrefacta. En la que por desgracia nos ha tocado vivir y sobrevivir en ella.
Mientras, yo seguiré intentando conciliar:
- Intentando conciliar el sueño cuando los problemas no me dejan dormir.
- Intentando conciliar mi carácter cuando no tengo ganas de nada, o me sale una mala contestación pero tengo que dar ejemplo, porque soy madre.
- Intentando conciliar una sonrisa cuando lo que se me apetece es llorar.
- Intentado conciliar mis necesidades, dejándolas siempre para el final, para cubrir las de los que me necesitan.
- Intentando conciliar a mi familia con un nuevo proyecto.
- Intentando conciliar mi miedo para que no me acobarde y me haga fracasar.
En definitiva conciliándome a mi misma, e intentando aprender lo suficiente para llevar a buen puerto lo que más quiero en el mundo a mi familia.