El Verdadero valor del anillo

Publicado el 14 enero 2019 por Biblioteca Virtual Hispanica @BVHispanica
Hay una vieja historia.... de un joven que acudió a un sabio en busca de su ayuda.
Vengo, maestro,porque me siento tan poca cosa que no tengo ganas de hacer nada.Me dicen que no sirvo,que no hago nada bien,que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
Cuánto lo siento,muchacho. No puedo ayudarte,ya que debo resolver primero mi propio problema.Quizá después. Y haciendo pausa, agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
Encantado, maestro ,titubeó el joven,sintiendo que de nuevo era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
Bien, continuó el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique de la mano izquierda y,dándoselo al muchacho,añadió: Toma el caballo que está ahí afuera y cabalga hasta el mercado.Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. En necesario que obtengas por él la mayor suma posible, y no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó al mercado,empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes, que lo miraban con algo de interés hasta que el joven decía lo que pedía por él....
Maestro, dijo, lo siento.No es posible conseguir lo que me pides. Quizás hubiera podido conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo,
Eso que has dicho es muy importante, joven amigo, contestó sonriente el maestro, Debemos conocer primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar tu caballo y ve a ver al joyero. ¿Quién mejor que él puede saberlo? Dile que desearías vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca,no se lo vendas....
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa,lo pesó y luego le dijo al chico:
Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya mismo, no puedo darle más que cincuenta y ocho monedas de oro por su anillo.
¿Cinquenta y ocho monedas? exclamó el joven.
Sí replicó el joyero. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de sesenta monedas,pero si la venta es urgente.....
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
Siéntate, dijo el maestro después de escucharlo.
Tú eres como ese anillo: una joya,valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto .¿Por qué vas por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?Y, diciendo esto,volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.
de Jorge Bucay