La voz de Yoncheva se nos exhibe aquí en toda su anchura y amplitud encarando unos papeles muy diferentes en carácter y expresión. Quizá esa variedad de exigencias vocales ha deslucido un punto esta monografía discográfica. Fruto de su evolución, la madurez vocal que atraviesa la cantante hace que esté abordando papeles de una mayor robustez, y la impresión general de todo el disco es que Yoncheva, pese a demostrar certera musicalidad y colocar todas las notas en su sitio, canta estas arias con homogeneidad de estilo y con escasas variaciones en la matización expresiva de cada uno de los personajes verdianos seleccionados.
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