Fueron los gobiernos de izquierda, del Fmln quienes lo incorporaron, aprovechando el nombre de prestigio que tenia su padre, a la diplomacia internacional.
Su padre fue miembro del Consejo de Gobierno Revolucionario de 1948 en El Salvador y padre de la Constitución de 1950. Le propusieron tres veces por lo menos para que fuera presidente civil del país, y no acepto. A la sombra de ese prestigio ha ido haciendo carrera diplomática Francisco Galindo Vélez, que nunca brilló con luz propia.
Su carrera diplomática exterior, y representante de ACNUR en varios países, ha sido tardía. Siempre fue un abogado ejerciendo su profesión en un segundo nivel, incluso cuando participo en el proceso de paz en Colombia.
Otro salvadoreño, ex político destacado y dirigente en etapas claves de su país, me dice que su éxito como mediador en España está por verse porque se ha metido en un avispero inmoral y nada democrático. Están hablando de un proceso de reconciliación español, como si estuvieran finalizando una guerra, en donde, además, no participa la representación de la mayoría del pueblo español, sino un partido que no ganó las elecciones, con disidencias internas importantes.
La conclusión, tras oír a los salvadoreños consultados, es que el mediador no da la talla, como tampoco la dan los demás participantes en el "diálogo": un prófugo de la Justicia, verdadero delincuente (Puigdemont), y un sátrapa dictador, ajeno a la democracia, enemigo de la Justicia y ampliamente rechazado y odiado por su pueblo (Pedro Sánchez).
Tal vez sea verdad aquello de "Dios los cría y ellos se juntan".
Francisco Rubiales