Durante una misión aerotransportada que estudió los efectos sobre la calidad del aire del vertido de petróleo de BP en junio de 2010, investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) descubrieron un nuevo mecanismo a través del que se forman las partículas contaminantes del aire. Este mecanismo de contaminación podría cambiar el modo en el que se predice la calidad del aire urbano.
Imagen de satélite en el momento del vertido de BP. Imagen: NASA.
Aunque los compuestos más ligeros del petróleo se evaporaban en unas horas, son los más pesados los que tardan más en evaporarse, y los que más contribuyen a la formación de las partículas contaminantes del aire en la dirección del viento. Así lo confirma el estudio que se publica esta semana en Science.
Como los compuestos más pesados también los emiten los vehículos y otras fuentes de combustión, el descubrimiento de la NOAA permite valorar la calidad del aire en general, no solo cerca de los vertidos de petróleo.
“Confirmamos la teoría de que una parte importante de la contaminación del aire en forma de materia particulada se produce a partir de compuestos químicos que pocos científicos están midiendo y que antes suponíamos que no eran lo bastante abundantes para causar daños”, explica Joost de Gouw, autor principal y especialista en ciencia atmosférica en el Laboratorio de Investigación de Sistemas Terrestres de la NOAA.
En junio de 2010 la institución estadounidense envió un avión de investigación a la región del Golfo para ayudar a otros organismos a evaluar los niveles contaminantes en el aire. El avión Lockheed WP-3D Orion pudo medir muchos tipos de partículas contaminantes del aire (entre ellas el “aerosol orgánico”) y los compuestos químicos a partir de los cuales las partículas se forman en el aire.
De Gouw y sus compañeros sabían dónde encontrar partículas de aerosol orgánico (AO) en función de la dirección del viento desde el lugar del vertido de petróleo. El AO se forma cuando los componentes más ligeros o “volátiles” del petróleo superficial se evaporan, sufren reacciones químicas, y se condensan para formar las partículas aerotransportadas existentes.
Este compuesto pesado representa cerca de la mitad de las partículas contaminantes del aire en las ciudades estadounidenses con contaminación. Estas partículas pueden dañar la función pulmonar y cardiaca de las personas y afectan al clima, ya que algunos aerosoles compensan parcialmente el calentamiento debido a los gases de efecto invernadero al reflejar la luz solar. Otros amplifican el calentamiento al aumentar la cantidad de luz solar absorbida en la atmósfera.
Columna de aerosol orgánico
Según el estudio, entre el 20 y el 30% del petróleo superficial pertenecía a componentes volátiles, por lo que se evaporó y pasó a la atmósfera en unas horas con poco tiempo para extenderse. Las emisiones procedían de la zona adyacente al vertido. Un viento constante arrastró esas emisiones hacia una franja lineal de contaminación en la que se esperaba que se formase el aerosol orgánico.
“Pero lo que vimos fue una anchísima columna de aerosol orgánico”, asegura de Gouw. Los niveles de AO en esa columna eran similares a los encontrados en el aire urbano de EE UU.
Los investigadores intentaron averiguar también qué otro factor podría haber contribuido a las partículas contaminantes. “Hasta el accidente de BP no pudimos estudiar separadamente en la atmósfera las sustancias más pesadas y las más ligeras, que son emitidas al mismo tiempo por las mismas fuentes”, apunta el investigador.
Como los componentes más pesados del petróleo tardan más tiempo en evaporarse, tuvieron más tiempo para extenderse por la superficie y alejarse de la fuente del vertido que los más ligeros. Estos compuestos no se miden en la mayoría de los programas de control de la calidad del aire, que están diseñados para capturar los contribuyentes convencionales a la mala calidad del aire.
Los nuevos hallazgos también podrían ayudar a comprender por qué en la atmósfera contaminada hay más aerosol orgánico de lo que los científicos pueden explicar. “Este proceso químico podría ser una fuente muy importante de aerosol en EE UU y en el resto del mundo”, afirma de Gouw.
Artículo publicado en Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).