El vestido es azul

Publicado el 27 febrero 2015 por Ezeqdb


El jueves 26 de febrero va a ser recordado como el día en que el color de una prenda dividió a la humanidad. Azul y negro, o blanco y dorado eran las dos opciones, y tanto Twitter como Facebook, o incluso Whatsapp explotaron por este tema. ¿Cómo puede pasar algo así? ¿Cómo puede ser que algunos lo vean tan distinto que otros?
El misterio de cómo la mitad de la humanidad lo ve diferente reside en nuestra mente.
Lo cierto es que nuestro cerebro no funciona como una computadora, y para poder interpretar los colores tienen que pasar una serie de cosas. La luz rebota en los objetos, y dependiendo de las características físicas del mismo, refleja sólo una parte de ella. La luz blanquecina del Sol es una mezcla de todos los colores -tal como se ve en el logo de Pink Floyd, en donde entra un rayo blanco, y un prisma lo descompone en el arcoiris-. Lo que entendemos como color corresponde a una cierta longitud de onda de la luz. El vestido azul absorbe todos los colores excepto el azul, y lo refleja a nuestros ojos. Esto atraviesa nuestra córnea y llega hasta la retina, en donde se encuentran células especiales (llamadas conos y bastoncillos) que dependiendo qué longitud de onda reciban, envían una u otra señal a nuestro cerebro.
Pero la historia no termina ahí. Antes de poder hacernos una idea del color de algo, nuestra mente analiza el contexto, e intenta deducir de qué color es la luz que lo ilumina. Porque un objeto blanco, puede verse blanco con la luz de un día nublado, amarillento con la luz de la tarde, o rojizo con la de la noche. Y si estamos a la sombra, la luz azulada del cielo le da un tinte de ese color. Si sabemos de antemano que es blanco, o si somos plenamente conscientes de la fuente de luz, nuestro cerebro se va a “configurar” de forma automática para verlo blanco. En la imagen de abajo por ejemplo, vemos que los cubitos seleccionados son claramente azul, y amarillo. Pero según explica el Doctor en Psicología Cognitiva Erin Goddard en New Scientist, en realidad los dos son grises. Lo que nos confunde es el filtro amarillento o azulado.
Sí, pueden guardar la imagen, abrirla en Paint y verificar que los cuadrados azules y amarillos seleccionados son grises
En el caso del vestido también pasa algo similar. La imagen no nos permite ver la fuente de luz, no sabemos si está iluminado de forma directa por el Sol o por el cielo, así que nuestro cerebro elige de forma arbitraria una de las dos, e intenta corregir el color de una forma u otra.
Lo que también ayuda es que la imagen del vestido no tiene mucha calidad y los colores no están totalmente definidos. Los expertos de la revista Wired analizaron la imagen con Photoshop y extrayeron distintas zonas del mismo. Lo que debería ser negro, parece dorado, o incluso naranja en la parte superior, y lo que muchos dudan de si es azul o blanco, parece estar definitivamente en la gama de los azules. Pero desde luego, podría interpretarse como un blanco siendo iluminado por la luz del cielo.
Un tercer factor que podría incidir en que tantos lo vean tan diferente, es que todas nuestras pantallas son distintas, y están configuradas con diversos niveles de brillo. Si la imagen está muy oscura, es claramente azul y negro, y si está muy clara, definitivamente es blanco y dorado.
La del medio es la original, y las otras tienen modificado el brillo y el contraste
Para despejar dudas, el vestido es de los diseñadores británicos Roman Originals, y es azul y negro. También se vende en blanco y negro, rojo y negro o rosa y negro. Pero no existe en blanco y dorado.
El misterio que podía parecer un debate frívolo, nos obligó a aprender un poco más de cómo funciona nuestro cerebro. Y sí, la realidad existe y es una sola, pero cada uno la interpreta distinto de acuerdo al contexto.
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