¿De qué va?
Para aquellos insensatos que no la hayan visto resumiré brevemente la historia. Una niña, Chihiro, entra con sus padres en un pueblo que parece abandonado, estos, después de haber comido sin permiso alguno en un local de dicho pueblo, son convertidos en cerdos y apartados de la niña. A partir de este punto, comienza a anochecer y el pueblo que parecía abandonado, comienza a llenarse de extraños dioses que acuden a un balneario a descansar (acojonante ¿verdad?). Muy desde el principio cuenta con la ayuda de Haku, el otro misterioso protagonista de la historia que guarda una relación especial con Chihiro, e intentará ayudarla a escapar de ese mundo junto a sus padres. Buscando este objetivo Chihiro conocerá multitud de personajes a cual más extraño e interesante, y ya no cuento más porque no me apetece.
La crítica Antes de entrar en materia con la película que nos ocupa, El viaje de Chihiro, quisiera apuntar un detalle, Si estás leyendo este post supongo que tienes ciertas nociones sobre su creador y del estudio del que nace, por lo que me parece importante señalar las notables diferencias entre esta película y la obra inmediatamente anterior del genio Miyazaki, La princesa Mononoke, una película que si bien contiene muchos de los elementos típicos de la obra de Miyazaki, tiene también acción y violencia a raudales, todo lo contrario que El viaje de Chihiro, que es una cinta mucho mas light y para todos los públicos. Por lo que considero interesante que, probablemente las dos mejores obras del director nipón, sean a su vez las más divergentes. Después de este apunte de poco o ningún interés para el lector vamos a lo que aquí nos ocupa, la película.
LO QUE ES ÚNICO EN ESTA PELÍCULA Según mi no tan humilde punto de vista hay tres cosas que hacen especial a esta película:
Los maravillosos personajes que nos muestra: que en ningún momento caen en tópicos ya manidos, como las brujas gemelas de la historia, con una estética siempre recurrente en la filmografía de Miyazaki que muestran el bien y el mal dentro de un mismo ente dividido en dos partes físicas idénticas, o uno de mis favoritos, el Sincara, que intenta aprovecharse de la codicia de los demás para engullirlos y así aumentar su poder, pero al no poder corromper la pureza de Chihiro, acaba buscando la redención ayudando a la muchacha. Y como no mencionar a Kamayi, el encargado de las calderas del balneario, un hombre con tres pares de brazos que puede alargar o encoger a su antojo y que cuenta a su servicio con un adorable grupo de trabajadores que no son más que motas de hollín. Estos son los ejemplos más significativos de la increíble gama de personajes y personajillos que nos presenta la cinta.
El buenrollismo que transmite: A pesar de la difícil situación de la protagonista, en cada personaje, incluso en los que a priori parecen malvados, encontramos cuanto menos un principio de bondad, una mínima intención de hacer algo bueno por otro, de ayudar. Y eso contribuye a dejar en el espectador, esa sensación, que solo un puñado de películas pueden conseguir, y es que cuando terminas de verla, no sabes muy bien porque, pero se te queda una sonrisa de gilipollas que tarda un tiempo en desaparecer.
Esa percepción de que: hay mucho más simbolismo detrás de cada escena, matices que a lo mejor por cuestiones culturales o religiosas no todos los espectadores conseguimos apreciar pero que si dejan un poso de...eso quiere decir algo más. Y como ejemplo, mi escena favorita de la peli, el viaje en tren que emprende Chihiro con sus amigos, que además coincide con la mejor parte de la banda sonora y las imágenes más bellas y en algunos casos perturbadoras, como esas personas que no son más que sombras de lo que fueron o serán y esa niña esperando sola en una estación de paso.
Podría hablar más de la calidad técnica, de la belleza visual o de la maravillosa banda sonora, pero sinceramente creo que sería un insulto tanto para el autor del film como para ti, anónimo lector, ya que considero que sabiendo quien ha parido El viaje de Chihiro, podrá gustarte o no, pero la calidad y corrección en la factura de la cinta, es algo que se da por hecho.
Nota final:Por último, debería acabar poniéndole una nota, ¿no? Es lo que se lleva, ¿no? Valorar de uno a diez el trabajo artístico y técnico de un montón de gente...me parece algo realmente estúpido, una película te puede gustar o no, te puede emocionar o no, incluso puedes estar en un momento anímico óptimo para verla o no, ya que al ser una apreciación subjetiva, todo el contexto, tanto físico como emocional contribuye de una forma u otra a valorar lo que ven y oyen nuestros sentidos. Por tanto, yo no seré tan atrevido de valorar con la simpleza de un número una obra de arte, simplemente diré que a mi esta película me llega, me atrapa y me emociona y creo que (ahora viene lo que estaba esperando durante todo el post) si eres tan gafapasta que puedes ponerle una nota exacta a una película, te invito a que puntúes La Mona Lisa, El David o La Catedral de Notre Dame por ejemplo.
En fin, esta es mi visión de la película, pero no significa que sea más o menos válida que la tuya, simplemente es mía. Un saludo y que la fuerza os acompañe.