[6/10] A partir de la novela de Abraham B. Yehoshua, Eran Riklis (“Los limoneros”, 2008) nos invita en “El viaje del director de Recursos Humanos” a ir desde Jerusalén hasta Rumanía. Es el recorrido que debe hacer el encargado de una gran panadería con el féretro de Yulia, rumana inmigrante que ha muerto en un ataque suicida en la capital israelí y cuyo cadáver hay que repatriar. La misión del director de recursos humanos es lavar la imagen de una empresa que desconocía que la fallecida era empleada suya, y que ahora sufre el acoso de la prensa sensacionalista. El viaje será un periplo iniciático para este hombre que atraviesa una situación personal y familiar difícil, y también una auténtica odisea en busca de una humanidad escondida entre tanto cinismo e indiferencia ante quien nos resulta extraño.
El carácter de road movie de la cinta es paradigmático y respeta todos los códigos del género. Es necesario el distanciamiento de la realidad más inmediata y de la rutina diaria para que el protagonista valore lo que tiene en casa, para que se redescubra a sí mismo y se decida a ser mejor. Esa reconciliación consigo mismo, a partir de lo que observa en un universo tan distinto como es el de Yulia, será fundamental para regresar con paz interior, dispuesto a retomar su vida matrimonial y familiar. Paradójicamente, es Yulia la persona más viva en ese cortejo fúnebre, y quien insufla vida a ese extravagante grupo que la acompaña: un periodista grotesco y dispuesto a amargarle la vida, un hijo rebelde y algo autista, una cónsul un poco loca y un viejo conductor… cada cual a su manera deben aprender a vivir y ser merecedores de un nombre que no tienen en el film.
Por eso, será Yulia la verdadera “encargada de recursos humanos” y quien les enseñe a tener sueños e ideales de felicidad, los mismos que la llevaron un día a emigrar a Tierra Santa, y que ahora el resto de la comitiva debe descubrir y comprender. La inmigración como problema y una sociedad que vive de la imagen, una prensa sin perspectiva ética y una situación familiar resquebrajada… conflictos que deben encontrar su solución en la humanidad perdida y que se esconde en lo más íntimo y personal del individuo. Esta es la perspectiva humanista y la intención de Eran Riklis, y ahí encuentran acomodo algunos de los símbolos y metáforas que el film contiene –como el propio pan, alimento básico y de la tierra– y esa voluntad por recoger todo el humor, costumbres y melancolía que retratan la complejidad del “alma rumana”.
Costumbrismo reforzado con unos decorados naturales del propio entorno, con una delicada banda sonora de ritmos cíngaros a cargo de Cyril Morin –premiado en la Seminci’55–, y con un humor tragicómico y absurdo que se respira en cada escena. Las situaciones esperpénticas y sus estrafalarios y arquetípicos personajes no restan nada de sentido entrañable a esta peculiar historia, aunque ciertamente en ocasiones sufra alguna caída de ritmo… en ese peregrinaje apático y sin rumbo, en algunos momentos pueda resultar un poco indolente y desconcertante. Una comedia que tiene en Mark Ivanir al encargado de provocar en el espectador tanto la risa cómplice como la emoción dramática… y de no despeñarse en el intento. La película ganó el Premio del público en el Festival de Locarno y representó a Israel en los últimos Oscar®, después de haber triunfado con los cinco premios de su Academia.
Calificación: 6/10
&En las imágenes: Fotogramas de “El viaje del director de recursos humanos”, película distribuida en España por Golem © 2010 2-Team Productions, EZ Films y Pie Films. Todos los derechos reservados.
Publicado el 17 Junio, 2011 | Categoría: 6/10, Año 2011, Críticas, Drama, Israel, Rumanía
Etiquetas:Abraham B. Yehoshua, crítica, Cyril Morin, El viaje del director de Recursos Humanos, Eran Riklis, familia, humanismo, Los limoneros, Mark Ivanir