Hola a todos. Este artículo tenía que haber sido publicado acorde con las reglas (bastante arbitrarias) de este blog en diciembre del año pasado. Pero para esa fecha el que ésto escribe ni estaba ni se le esperaba. Como no me gusta faltar a mi palabra (aunque sea con clamoroso retraso) aquí va el artículo, más vale tarde que nunca. Lo siento mucho, no lo volveré a hacer :).
Hay viajes que nunca te cansas de hacer. Patrias que ya solo existen en tu imaginación, tal vez, pero que son más reales que aquellas otras que nos han tocado en suerte en el reparto de la realidad. Los lectores veteranos de este blog saben que una de esas patrias a las que tengo la suerte y la elección de pertenecer es la que llevó a los hombres de Shackleton a los confines del mundo, al continente Antártico, y la increíble aventura en la que mil veces estuvieron contra las cuerdas pero que, con su afan de resistir y gracias a un lider insuperable, sobrevivieron. Conté la historia aquí, y hoy lo que os traigo es uno de esos nuevos viajes a aquellos hechos y aquellos hombres, "de poca niñez" que diría Silvio Rodríguez.
En esta ocasión, la editorial Impedimenta nos propone un viaje a través de las artes de la ilustración. Se trata del primer libro publicado de su autor, el británico William Grill, por el que ya ha recibido premios y menciones. Antes había dado muestras de su calidad como ilustrador en la revista Nobrow y en el conocido y exigente New York Times.
Con respecto a Impedimenta, se trata de una jovencísima editorial (nació en 2007) lo que no impidió que un año después fuera galardonada con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural. En efecto, si algo destaca a primera vista es lo cuidada que es la edición en todos los sentidos, con esa fantástica encuadernación en cartoné, tan agradable de tocar, y que a mí, tintinófilo reconocido, me ha recordado a los viejos álbumes de ídem de la editorial Juventud. El papel es de una gran calidad (eso se nota al tacto), por lo que es un fantástico regalo, sobre todo si conocéis alguien apasionado con la historia del Endurance.
Habiendo hablado del continente, pasemos a lo más importante: el contenido. Como gran aficionado a la Expedicion TransAntártica que ha devorado casi todo lo que ha ido cayendo en sus manos (documentales, libros, exposiciones...) no esperaba que el libro me revelara detalles nuevos de la historia, (aunque me ha sorprendido gratamente lo meticulosamente documentado que está, sobre todo en los primeros capítulos que hablan de la preparación de la expedición, de las características técnicas del barco, de la composición de la tripulación, o de algunos "detalles de color" como la forma en que Shackleton tenía de seleccionar a sus hombres, no solo por sus conocimientos prácticos, sino también por otros más inusuales como su capacidad para cantar bien.
El trazo de Grill es estilizado y minimalista (pero rico en detalles) y con una gama cromática muy bien escogida: amarillo y dorado para el Endurance y colores blancos y azulados para ese universo helado en el que poco a poco se van introduciendo los héroes. Está muy bien jugada la idea de la pequeñez de los personajes frente al abismo desatado de las fuerzas de la naturaleza, especialmente en las espectaculares ilustraciones a doble página, que se complementan con las minuciosas descripciones llenas de pequeños dibujos para sumergirnos (nunca mejor dicho) en lo épico de la historia.
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Hablando de épica, una cosa que me ha sorprendido es que el autor haya pasado casi de puntillas, deteniéndose muy poco, en la histórica travesía del James Caird rumbo a la remota Georgia del Sur. A mi parecer es la parte más fantástica de la historia y Grill nos habla solo de la preparación de la embarcación y de lo que pasa mientras con los que se quedan en Isla Elefante. Incluso la travesía por el interior de Georgia del Sur (que también tuvo tela) tiene más protagonismo... Me da la sensación que el ilustrador ha querido vengar una vieja deuda y reivindicar las figuras del resto de la tripulación muchas veces tratadas de manera secundaria frente al carismático liderazgo de Shackleton.En todo caso, se trata de un libro muy bonito, para atesorarlo y abrirlo de vez en cuando, dejando que se escape ese inconfundible aliento a aventura. Aunque es un libro ilustrado, no es un libro solo para niños, pero me cuesta pensar en una mejor introducción a la aventura del Endurance para los más pequeños. Como decía al comienzo, nos sumerge de forma distinta en una odisea extraordinaria. Es lo que tienen determinados viajes, nunca te cansas de hacerlos, y te encantan las perspectivas nuevas, pues son como redescubrir algo que a lo mejor dejaste de lado en la primera incursión. Son, en el mejor de los sentidos, la oportunidad de hacer el viaje de nuevo.