The Longest Ride
Año:
2014
Fecha de estreno:
08 de Mayo de 2015
Duración:
128 min
País:
Estados Unidos
Director:
George Tillman Jr.
Reparto:
Scott Eastwood, Britt Robertson, Oona Chaplin, Jack Huston
Distribuidora:
Fox
Mucho se estaba tardando en adaptar una de las últimas novelas del escritor norteamericano Nicholas Sparks a la gran pantalla, y de nuevo, como nos tienen más que acostumbrados, es un quiero y no puedo en la industria cinematográfica.
Luke, un muchacho que se gana la vida siendo montador de toros, tiene una grave lesión que le hace apartarse del rodeo durante un año. Mientras planea su llegada al número uno conoce a Sophia, una estudiante de arte que se muestra bastante escéptica ante ese cliché de los vaqueros hasta que le conoce y así comienza su romance, condicionado por la incompatibilidad de aspiraciones que tienen ambos pero que, a pesar de eso, se reencuentran cada vez gracias a un anciano cuya historia de amor inspirará a ambos.
Si partimos de la base de que la estructura de la película - o de todas las películas basadas en los libros del autor- es la misma que la de sus predecesoras sabemos que durante las dos horas que dura la película nos vamos a encontrar el momento chico conoce a chica, escenas de "nuestro amor es imposible", escenas de amor recicladas y cada uno de los clichés que rodea toda esa cultura del sur de Estados Unidos. Mientras vemos a Scott Eastwood hacerse hueco en la industria cinematográfica en la que brilla su padre con papeles tan poco acertados como este, casi se desea ver un Spaguetti Western de los clásicos a una historia de amor rancia como estas. La química entre ambos protagonistas es forzada en muchos momentos, sobre todo cuando mantienen conversaciones de besugos. Menos mal que se trata de una película comercial para vender los rostros bonitos y no la calidad en si de la película. La muchacha, lejos de representar a una mujer con aspiraciones, sueños e independencia, nos hace ver que, por amor, está bien dejar de lado las oportunidades únicas que brinda la vida pero que, después, también gracias al amor, se pueden conseguir.