El videojuego como pasaporte

Publicado el 23 abril 2013 por Pilarm
Hay mucha gente que se queja de las parejas/amigos/familiares que se pasan el día jugando con las maquinitas. Pues resulta que una de ellas ha conseguido un permiso de residencia.
No es que la videoconsola se haya levantado, hecho cola en la oficina de inmigración y haya salido con el papelito enrollado al cable. Mas bien se trata de que gracias al registro de compra de juegos, un inmigrante ha podido demostrar que llevaba los años necesarios en Estados Unidos para obtener los papeles.
Lo más curioso es que dicha persona se había graduado con honores y llevaba toda la vida en el país. Pero se ve que demostarlo con eso no era suficiente, ya que tampoco había trabajado nunca, así que ha tenido que venir a salvarle el culo la máquina.
Ahora que tiene el permiso de residencia, posee dos trabajos y hasta licencia para conducir, que no podía acceder a ella hasta no ser legal. Y digo yo, ha vivido desde que era un bebé y se ha criado y educado allí, ¿pero no es suficiente para obtener los papeles? Imagino que será por temas de burocracia y no por dicho país, pero realmente suena un poco absurdo.
Me imagino la situación: "pero señor agente, he ido a la guardería, a la escuela, a la universidad... tengo fotos de las excursiones y de la graduación. Hasta mis compañeros y profesores me han visto, ¿eso no basta?". "No hijo, aquí o puedes demostrarlo o no te permitimos quedarte".
En fin, que los papeleos y la realidad a veces superan la ficción, en este caso la de los videojuegos a los que llevaba jugando el chaval innumerables años. Estoy segura de que a partir de ahora a ningún niño le denegarán una consola. Por si acaso.
(Y si alguien quiere darme alguna colleja porque sepa más que yo sobre estos asuntos, puede, pero flojito que duele y todavía estoy en edad de crecer mentalmente).