Nº de páginas: 144 págs.Editorial: ANAGRAMA, barcelona 2014
Hacía bastante tiempo que no leía relatos, y a este autor no lo conocía. El libro en conjunto me ha gustado y sorprendido. A veces el lenguaje es un pelín reiterativo, pero busca esa reflexión, el que caigamos cautivados al poder de las palabras. Delicadeza y profundidad. Helado de limón, rodeado de sabores exquisitos. Pompas de jabón que revolotean hasta deshacerse en la caída ante una madre paralizada por sus temores. El Café Comercial (en la glorieta de Bilbao en Madrid, donde recuerdo un par de conversaciones con una amiga). Observar a la clientela, espiar conversaciones y gestos. La muerte como invitada no deseada, una despedida sin poder dar un paso más. En hombre misterioso que pasa los días sentado a la misma mesa de un café, con sus tres periódicos….
Era como si más que lo ofrecido, fuera en el fondo el ofrecimiento lo que contara; más que la decisión, la posibilidad de decidir.
¿No será la belleza la sola atención?
Ni meta ni promesa de anuncios del más allá, tan sólo una sonrisa de un idiota.
¿Tan delicadas eran algunas cosas y tan rápido se deslizaban?, se podía pensar al verla tan hipnotizada por la corriente como por sus pompas de jabón ¿y no serán a lo mejor maravillosas precisamente por lo poco que duran y lo frágiles que son?